No, nuestro problema no es con la entrañable caricatura de los motorratones de marte, sino que el día de hoy el periódico Reforma publicó un reportaje en el cual muestran como los crímenes en motonetas y motocicletas van a la alza en la ciudades mexicanas (son este otro tipo de «ratones»).
El año pasado, nueve municipios o delegaciones en el Estado de México, Jalisco, Sinaloa y el Distrito Federal concentraron delitos en vehículo motorizados.
En Ecatepec, según datos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana del Estado de México, hubo 453 robos a bordo de este tipo de transportes. Le siguen Guadalajara con 280, Culiacán con 251, Nezahualcóyotl con 202, Tlalnepantla con 162, Zapopan con 143 y Naucalpan con 120.
En el Distrito Federal la delegación que más robos de este tipo registró fue Iztapalapa con 156 y luego fue la Gustavo A. Madero con 139.
No obstante, las autoridades estiman que por cada delito ocurren otros 9 de este tipo que no fueron reportados al MP.
(Aquí, Armando Barreda cuando era un delincuente juvenil antes de convertirse en Seymour Skinner).
¿Cómo son este tipo de asaltos?
El modus operandi de los delincuentes que se dedican a robar en motonetas y motocicletas es ir en parejas (de entre 14 y 22 años) y asaltar principalmente a cuentahabientes, pasajeros de autobuses, conductores de vehículos detenidos por los semáforos o transeúntes en plena calles.
Es por eso que la diputada federal Juana Bonilla ha pedido que se implante un programa de revisión de motocicletas en ciudad Nezahualcóyotl.
En el caso de Jalisco, el diputado Jaime Díaz propuso una iniciativa para proponer como «graves» los delitos cometidos por «motorratones» (aunque, sinceramente, no creemos que al hacerlo más grave vayan a disuadir a los criminales, si la cosa fuera así, la pena de muerte -pena máxima- ya hubiera eliminado el crimen en Estados Unidos y justo no pasa esto).
En fin, no creemos que eliminar las motos o las motonetas sea la solución, tampoco creemos que todo quede en un mero aumento de la pena cuando suceden este tipo de robos. Al final del día parece que debe haber estrategias de seguridad que disminuyan las circunstancias que permiten el crimen y establecer seguros (como que la policía detenga a los motociclistas infractores, que no traigan casco, no obedezcan las leyes de tránsito o que no traigan visibles sus placas, además de utilizar mejor las benditas cámaras que ya instalaron).