Bajo la justificación de recuperar tres autobuses que supuestamente fueron tomados de la central camionera de Iguala, agentes de la policía de ese municipio guerrerense y presuntos pistoleros atacaron a tiros a estudiantes normalistas provenientes de la comunidad de Ayotzinapa, hecho que hasta ahora deja un saldo de cinco muertos, 25 heridos y 25 desaparecidos, esto según reportes de los alumnos. Uno de los heridos presenta muerte cerebral, además de que posteriormente fue localizado el cuerpo de otro joven, del cual las marcas de tortura en su cara –fue desollada- no permiten establecer si se trata de un normalista. La Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) cuenta a esta víctima como la número seis.
Los estudiantes habían arribado a Iguala desde el viernes por la tarde, con el objetivo de recaudar fondos económicos. La pretensión de llevarse los autobuses desencadenó la persecución policíaca por varias calles del municipio. El hecho también motivó que los elementos del orden accionaran sus armas contra los vehículos que presuntamente transportaban a los jóvenes.
“En razón de que los normalistas tomaron tres camiones de la central de autobuses para dirigirse a su escuela”, los policías accionaron sus armas contra los vehículos, confirmó en conferencia de prensa, el procurador estatal Iñaky Blanco. También explicó que el Ministerio Público aseguró las armas y patrullas de todos los policías municipales, ya que se realizarán las investigaciones periciales, con el fin de cotejar los calibres de los efectivos con los que se utilizaron contra los jóvenes.
En contraparte, Pedro David García López, representante del Comité Ejecutivo Estudiantil de Ayotzinapa aclaró: “Se estaba boteando, se habló con los choferes de los camiones y accedieron a hacernos el favor, no fue un rapto o amenaza contra un chofer, no lo íbamos a hacer, porque somos estudiantes. Nos subimos a las unidades del centro a aquí al Periférico para trasladarnos a la normal. Los autobuses ya habían bajado a sus pasajeros”.
Pero el ataque contra los normalistas no fue el único, ya que al filo de la media noche del sábado se presentó otro: quizás confundiéndolo con un autobús de estudiantes, fue baleado el vehículo que transportaba a jugadores de la tercera división profesional, pertenecientes al equipo de futbol Los Avispones. El ataque ocurrido sobre la carretera federal Iguala-Chilpancingo causó que el autobús se desbarrancara. En este hecho murió el chofer Víctor Manuel Lugo Ortiz y el futbolista de 14 años David Josué García Evangelista; además un taxista que sólo pasaba por el lugar resultó herido, sin embargo, su pasajera, Blanca Montiel Sánchez, murió.
Por lo ocurrido en Iguala, Ramón Navarrete Magdaleno, presidente de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos de Guerrero, informó que 10 visitadores realizarán una investigación y si es conveniente, dar algunas recomendaciones.
Por su parte, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos también dio a conocer un comunicado, en el que establece que “según información publicada en medios de comunicación de aquella entidad federativa, se registraron varios eventos en los que, al parecer, elementos de la Policía Municipal de Iguala, Guerrero, y un comando no identificado, privaron de la vida a siete personas, entre ellas, tres estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, al dispararles con sus armas de fuego. Asimismo, seis personas al menos resultaron lesionadas y 25 fueron detenidas”.
Otras cifras establecen que serían 8 los asesinados: tres estudiantes, tres jugadores del equipo de futbol el chofer de su autobús y a una señora que circulaba en un taxi.
El caso de Tlatlaya, ahora éste en Iguala. En el primero fue contra presuntos criminales, ahora por presuntamente secuestrar autobuses. “Seguridad” a toda costa.