Ayer las autoridades estadounidenses confirmaron el primer contagio de ébola dentro de su territorio. Se trata de una enfermera de Texas, quien a pesar de haber utilizado uniforme protector para atender a Thomas Eric Duncan, paciente liberiano que portaba el virus y murió el pasado 8 de octubre, dio positivo en las pruebas que se le realizaron para comprobar si era portadora de la enfermedad.
Por lo anterior, se deduce que hubo infracción en el protocolo de seguridad, señaló Tom Frieden, jefe de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y es de considerarse que más gente pudo haber quedado expuesta al virus, especialmente toda la que participó en la atención que se le brindó al paciente fallecido el pasado día 8 en el Hospital Presbiteriano.
En entrevista ofrecida para la cadena CBS, Frieden señaló que la CDC investigará cuál fue la posible causa de este contagio, aunque todo apunta a que tuvo que ver con la manera en que el personal médico se quitaba sus uniformes, ya que el hacerlo de forma incorrecta puede propiciar contaminación.
Obviamente tras el anuncio de este contagio se han intensificado los temores respecto a la capacidad que tienen los gobiernos de los países para contener el avance del ébola y para prevenir futuros contagios, ya que si una enfermera que supuestamente utilizó traje, guantes, mascarilla y todo lo necesario para atender a Duncan cuando éste se encontró internado en el hospital texano… resultó contagiada, qué puede esperar la gente que no cuenta con este tipo de material de protección.
Sin embargo, el médico David Lakey, comisionado del Departamento de Servicios de Salud de Texas, aseguró que las autoridades tenían previsto un posible nuevo caso: “Sabíamos que un segundo caso podría ser una realidad y nos hemos estado preparando para esta posibilidad”.
Por su parte el presidente norteamericano, Barack Obama, ordenó investigar la violación al protocolo de seguridad sanitaria que se dio en el Hospital Presbiteriano que condujo a este primer contagio en suelo estadounidense.
Este primer contagio que se da en Estados Unidos es similar al que se dio en España, donde la enfermera María Teresa Romero resultó infectada con el virus del ébola tras haber atendido al médico y misionero Miguel Pajares, quien falleció el pasado mes de agosto. Por el momento la enfermera española se encuentra en el Hospital Carlos III, de Madrid, en condición estable pero grave. En España el nivel de alerta para evitar futuros contagios se encuentra en su grado más alto: las 15 personas que tuvieron contacto con Romero se encuentran aisladas.
Al igual que en Estados Unidos, las autoridades españolas desconocen a ciencia cierta cómo es que se dio el contagio y aunque si bien existe la posibilidad de que se trate de “un accidente fortuito, las investigaciones se van a llevar hasta el final”, señaló Fernando Simón, director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias y parte del Comité Especial creado para dar seguimiento a este caso.