Habitantes de Rasquera, una pequeña población ubicada al sur de Barcelona, votaron a favor de un polémico plan anticrisis, el cual permitirá el cultivo de marihuana en terrenos de la localidad.
Lo anterior fue propuesto desde el mes de febrero por el alcalde de Rasquera, Bernat Pellisa, quien estaba tan seguro de la aprobación de tan alivianada propuesta que dijo que si no contaba con el 75% de los sufragios, desistiría del tema y además renunciaría a su cargo.
Nada de lo anterior sucedió, ya que 56.3 % de los votantes respaldaron la idea frente a un 43,7 % que no les pasó. Sin embargo, para el atizado alcalde, el haber conseguido más de la mitad de la aprobación de los votantes registrados –poco más de 800- es razón suficiente para continuar en su cargo y además “hablar con el pueblo” para tomar una decisión al respecto, ya que los resultados demuestran que “la gente tiene ahora una oportunidad para salir de la crisis”, expresó Pellisa.
El proyecto básicamente consiste en rentar terrenos municipales para la plantación de mois destinada al consumo privado de los socios de la Asociación Barcelonesa Canábica de Autoconsumo (ABCDA).
El bisne representará para la población local hasta 1.3 millones de euros en dos años, además de la creación de decenas de trabajos.
De acuerdo con el contrato la ABCDA abonará 30 mil euros en el momento de la firma del convenio, 6 mil euros más en el plazo de un mes, y 650 mil euros anuales, durante dos años. Esto permitiría al municipio liquidar en dos años su deuda.
Sin embargo las cosas no serán tan fáciles, ya que la agencia del Plan Nacional sobre Drogas, recordó que el cultivo de mota es ilegal y advirtió que la policía intervendrá tan pronto se plante la primera semilla.