En la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Colombia, el presidente Juan Manuel Santos se impuso a su adversario, el derechista Óscar Zuluaga. Santos, quien administra el estado cafetalero desde 2010, representó a la coalición de centro-derecha y para esta elección contó con el apoyo de la izquierda.
“Estas han sido unas elecciones distintas, lo que estaba en juego no era el nombre de un candidato sino el rumbo de un país“, señaló Santos en el discurso ofrecido luego de saber los resultados de la elección, la cual ganó con el 50.95 % de los votos, mientras que Zuluaga obtuvo el 45.01% de los sufragios.
Además de significar la reelección de Santos, este proceso electoral representó el futuro del proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) impulsado por el Ejecutivo. “El mensaje de hoy es también para las FARC y el ELN: Este es el fin. Es el fin de 50 años de violencia”, comentó el presidente colombiano. “Esta no será una paz con impunidad, esta será una paz justa. Tendremos que dar pasos difíciles para asegurar que no solo sea justa sino duradera”.
Por su parte, Zuluaga –considerado como la continuidad del ex presidente Álvaro Uribe– al reconocer su derrota, hizo crítica de la enorme maquinaria estatal frente a la que intentó luchar. En la primera vuelta Zuluaga había conseguido el 29.2% de los votos, mientras que Santos sólo obtuvo el 25.6%, lo cual significó un abstencionismo del 60%. El proyecto del candidato derrotado no privilegia el diálogo para culminar con el conflicto con las FARC.
En estas elecciones el nivel de abstención se redujo a 53%, aun así muy alto para tratarse de las elecciones presidenciales. El motivo de tal porcentaje se atribuye a la visión que muchos colombianos tienen respecto a los políticos: una élite desconectada de sus problemas, Yo no voto por ninguno. Esto ha sido una batalla entre ellos, no les preocupa la delincuencia, no hay buena educación, hay mucha pobreza”. Pese a que las cifras de votantes participantes parecen menores, lucieron largas filas en las casillas electorales.
Aunque, según encuestas, para el electorado existen otros problemas, como la educación, la inseguridad, salud, Santos y Zuluaga focalizaron toda su campaña en el proceso de paz; pese a tener cifras económicas favorables – crecimiento del 4,3%, reducción de la pobreza en 2.5 millones de personas- Colombia es uno de los países con mayor desigualdad social en América Latina y en el mundo.
