La falta de caballerosidad de los chinos ha hecho que la venta de panzas para que las damas finjan un embarazo se convierta en un negocio por demás rentable.
A la venta en varias tiendas online de China, las panzas para fingir embarazo se ofrecen una nueva opción a las mujeres para que les cedan un lugarcito en el transporte público.
El abultado vientre está a la disposición de toda aquella que pueda pagar entre 300 y 700 yuanes: “Ya no necesitará hacer fila y cada día en el autobús podrá tener asiento”, es una de las bondades que ofrece el producto, de acuerdo a la campaña de publicidad con la que ha sido lanzado.
Pero aquellas féminas que se avienten a comprar este producto tienen que atenerse a las consecuencias, ya que, aunque efectivo, el vientre falso corre el riesgo de ser descubierto, tal como le sucedió a una chica de apellido Zhang, quien fue sorprendida “in fraganti” en el metro de su ciudad.
Luego de haber pasado la vergüenza de su vida, la chica intentó demandar a la compañía por publicidad engañosa, ya que la pancita no se fijó con la firmeza prometida, a lo que las autoridades simplemente contestaron: “si se utiliza para engañar a la gente, hay que asumir las responsabilidades”.