Mientras tanto, en Brasil, esto es lo que ya ocurrió respecto a la regulación del servicio de internet.
El Senado en Brasil aprobó este martes el proyecto denominado Marco Civil de Internet, una especie de “Constitución” con derechos, deberes y garantías para los usuarios e proveedores de internet. Ahora simplemente la presidente Dilma Rousseff tiene que sancionar, porque la última discusión sostenida respecto a posibles modificaciones no rindió frutos y pasó como la dejó la Cámara a finales de marzo.
En este proyecto se ven inmersos los intereses de usuarios, las empresas de telecomunicaciones, sites de internet y la Policía Federal, entre otros sectores.
Entre los puntos más discutidos y considerados como prioritarios está la “neutralidad de la red”, referente a que la velocidad de conexión contratada no pueda variar de acuerdo con el site o programa utilizado por el usuario. No puede se pueden ofertar conexiones diferenciadas, por ejemplo, para acceso sólo a mail, videos o redes sociales.
El texto establece que ese principio puede ser todavía regulado por el Poder Ejecutivo, para detallar cómo será aplicado y cuáles serán sus excepciones, pero para eso, será llevado a cabo un análisis por parte de su Agencia Nacional de Telecomunicaciones (ANATEL) y el Comité Gestor de Internet (CGI). Dichas excepciones garantizarán prioridad a “servicios de emergencia”.
Los críticos de la “neutralidad en red” señalan que este principio restringe la libertad de los proveedores para ofrecer conexiones conforme a las demandas de los clientes y su aplicación podría elevar el precio del servicio de manera indistinta. Sin embargo, la propuesta no impide ofrecer paquetes con velocidad diferenciada.
Otro punto importante es la referente al retiro de contenidos. De acuerdo con el proyecto, los proveedores de conexión y aplicaciones en internet no serán responsables pero el uso que los internautas hagan de la red ni de las publicaciones hechas por terceros.
De acuerdo con esta legislación, las entidades que ofrecen contenidos y aplicaciones serán responsabilizadas por daños a terceros en caso de que no acaten órdenes judiciales exigiendo el retiro de publicaciones. El objetivo de esta norma, es fortalecer la libertad de expresión y acabar con la llamada “censura privada”, señaló Alessandro Molon, relator del proyecto.
Con el Marco Civil, las empresas no podrán espiar el contenido de las informaciones intercambiadas por los usuarios de la red; esta ley, de acuerdo con legisladores, es para poner fin al marketing dirigido, en el que sites envían anuncios de acuerdo a los gustos reflejados en mensajes del usuario. “Será prohibido monitorear, analizar o fiscalizar contenido”…salvo previsiones de ley.
Uno de los temas más polémicos fue el relacionado a la privacidad de los usuarios. Según el proyecto, éste no podrá ser violado, sin embargo se aprobó el que los proveedores de acceso a internet sean obligados a guardar los registros de las horas de acceso y fin de las conexiones de los usuarios por un plazo de seis meses. Esta información, en teoría, deberá ser controlada por las propias empresas sin ser delegada a alguna otra.
Esta previsión causó inconformidad en algunas organizaciones civiles, ya que señalan, en el actual contexto de Brasil, las protestas y manifestaciones son organizadas principalmente por medio de las redes sociales. “Esa medida debilita la protección de la privacidad, conculcando la presunción de inocencia al obligar a almacenar de forma obligatoria las actividades de los internautas de forma indiscriminada y masiva”, denuncia Pedro Eckman de Intervozes, Coletivo Brasil de Comunicaçao Social.
Bajo protestas de la oposición, que pedía más tiempo para analizarla, los senadores brasileños discutieron y votaron el mencionado Marco Civil en menos de un mes. De acuerdo a algunos legisladores, el gobierno aceleró el análisis para hacer que la propuesta sea presentada hoy y mañana (23-24) en la conferencia NetMundial, que se celebrará en la ciudad de Sao Paulo, donde será discutido un posible formato internacional de legislación para la web.
“La presidente Dilma tiene que exhibir un trofeo que no es lo mejor para el pueblo brasileño. La Cámara tuvo tres años para discutir”, fue uno de los reclamos que hicieron los opositores, en este caso José Agripino Maia, presidente del Demócratas (DEM). En defensa, el senador Eduardo Braga, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) señaló que el proyecto tiene el apoyo de la sociedad y fue ampliamente discutido.
Aunque ya aprobada, existe una disputa por el contenido y en la premura con que se aprobó este Marco Civil: “existe una disposición del gobierno a no aceptar ninguna enmienda, estamos prohibidos de hacer enmiendas (…) Esa es una actitud autoritaria de la presidente de la República”, reclamó Aloysio Nunes del PSDB.