“Va a bajar la gasolina, no; va a bajar la luz y el gas, sí. En cuánto tiempo, no tenemos una varita mágica”, decía Emilio Gamboa, coordinador de los senadores priistas, el 18 de julio, en pleno “debate” de la #ReformaEnergética. Sin embargo, el día de ayer, la Comisión Federal de Electricidad (CFE), se atrevió a ser mucho más específica y, con el uso de la varita que ellos sí tienen, afirmó que en 2 años los recibos de la luz comenzarán a bajar.

“A partir de la aprobación de la reforma energética y con toda la construcción de infraestructura que nos permita sustituir el combustóleo por gas natural, esperamos ver en 2 años beneficios concretos”, dijo el titular de la CFE, Enrique Ochoa Reza.

El día de ayer, la Cámara de Senadores puso punto final a la aprobación de la #ReformaEnergética, esa promesa de Peña Nieto con la que se pone fin a décadas de monopolio petrolero estatal y se abren las puertas a la inversión extranjera en muchos niveles y bajo muchos modelos.

Actualmente, uno de los métodos más usados para generar energía eléctrica es a través de la quema de combustóleo. Sin embargo, el gas natural, que es más barato y que produce sólo el 32% de partículas contaminantes de aquél, será el sustituto que se extraerá de suelo mexicano gracias a las flamantes transnacionales.

Sin embargo, aunque sea cierto que la sustitución del combustible pueda bajar el precio de producción, lo cierto es que la deuda billonaria de Pemex y CFE que pagaremos con los recursos que enviamos a la federación, aunada a la inflación natural y, dado el caso de que la CFE continuará como proveedor único de servicio para los hogares (sin opciones privadas, que quedan restringidas al sector industrial), podemos decir que una disminución en el recibo de luz no es muy probable ni para mañana, ni para dentro de 2 años.

Aunque el 58% de la electricidad en México sea utilizada por la industria, también debemos recordar que el 98% de los hogares tienen subsidio sobre el gasto de energía real. De suerte que para que el precio disminuyera realmente, tendrían que descartarse todos aquellos gastos extras que hacemos y que haremos dada la nueva deuda, tal y como lo recuerda Luis Serra, del  Centro de Investigación para el Desarrollo AC.

Así que ya lo saben: si quieren que les cobren más barata la luz, corran a pagar los más de 100 mil pesos de deuda que cada uno de ustedes tiene por la nueva deuda pública, paguen adecuadamente los nuevos impuestos de la reforma hacendaria y sigamos permitiendo que las grandes empresas tengan preferencia de pago. Eso seguro nos llevará por un excelente camino en dos años, hacia allá, adonde la varita apunte.

@plumasatomicas

Vía: CNN

 

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