Por Diego Castañeda
Estos días la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE) ha presentado un estudio de extrema relevancia y de gran utilidad para la nueva administración que comenzará en diciembre. Es un estudio sobre el impacto que tiene el poder de mercado (la existencia de estructuras monopólicas, oligopólicas, etcétera) en la economía sobre el bienestar de los consumidores y su impacto en la desigualdad del país. El Estudio de Andrés Aradillas, profesor de la Universidad Estatal de Pensilvania, encontró que en promedio en el país existe un sobreprecio del 98 por ciento que pagan los hogares, lo que implicó en promedio la necesidad de destinar 15.7 por ciento más del ingreso por hogar para el consumo y además confirma que en México realmente tenemos una economía de alta concentración de poder de mercado, pues encuentra sobreprecios en el 75 por ciento de los sectores del país.
Aradillas reporta lo siguiente para cada decil de la distribución del ingreso en México:
- El decil 1 (el 10 por ciento más pobre) pierde 30.9 por ciento de bienestar, equivalente a 841 pesos mensuales.
- El decil 2 pierde 23.6 por ciento de bienestar, 1,097 pesos mensuales.
- El decil 3 pierde 21.4 por ciento de bienestar, 1286 pesos mensuales.
- El decil 4 pierde 18.9 por ciento de bienestar, 1,410 pesos mensuales.
- El decil 5 pierde 16.7 por ciento de bienestar, 1,487 pesos mensuales.
- El decil 6 pierde 15.1 por ciento de bienestar, 1,613 pesos mensuales.
- El decil 7 pierde 13.6 por ciento de bienestar, 1,738 pesos mensuales.
- El decil 8 pierde 11.9 por ciento de bienestar, 1,907 pesos mensuales.
- El decil 9 pierde 9.5 por ciento de bienestar, 2,052 pesos mensuales.
- El decil 10 (el 10 por ciento más rico) pierde 5.7 por ciento de bienestar, 2,203 pesos mensuales.
Lo que estos datos nos dicen es que los que más pierden son los más pobres y que por la naturaleza de la pérdida de bienestar ésta tiene un impacto significativo en la desigualdad en el país, sobre todo a nivel regional. En el suroeste del país la pérdida de bienestar en promedio llega al 47 por ciento y debemos recordar que es la región donde existe mayor concentración de pobreza en el país.
Una forma de comparar la magnitud y relevancia de los hallazgos de Aradillas en el estudio de la COFECE es comparar el costo que encuentra en términos del coeficiente de Gini con lo que ha disminuido este mismo en el mundo.
Aradillas encuentra que si eliminamos la concentración de mercado que hoy existe en el país, el coeficiente de Gini disminuiría de 48.1 a 44.6, una reducción de 7.3 por ciento; en el mundo la disminución de la desigualdad global por el surgimiento de la clase media china y de países como la India ha sido de apenas 2 o 3 puntos en 30 años. Si en México tomamos medidas para combatir estas prácticas reduciríamos la desigualdad de ingresos a una tasa entre 2 y 4 veces más alta que el mundo en 3 décadas.
El estudio confirma además, de manera general, los resultados antes obtenidos por Carlos Urzúa en 2008 y 2009 en un par de estudios similares.
La agenda entonces es evidente: es necesario que la próxima administración, la cuarta transformación, ponga su atención en el tema de competencia económica. Probablemente en este campo es donde mayor impacto se puede tener en reducir desigualdad y pobreza sin comprometer muchos recursos fiscales. El combate a la desigualdad no sólo depende del lado fiscal, existen muchas áreas donde se puede reducir la desigualdad con políticas de otro tipo, las de competencia en nuestro caso son quizá el mejor ejemplo.
Mejorar la competencia económica es una estrategia costo-efectiva porque requiere más que transferencias: una buena regulación y capacidad para aplicarlas. Sus efectos además son virtuosos en la economía, destapa cuellos de botella para inversiones, favorece la innovación y la entrada de nuevos competidores, se vuelve una posible fuente de crecimiento, crecimiento mejor distribuido.
El rol de la política fiscal en el combate a la desigualdad es importante, pero lo que la COFECE y su estudio nos muestra es que tenemos oportunidades colgando muy cerca del piso, esperando que las tomemos. Si la cuarta transformación toma consigo la agenda de competencia y la impulsa en serio, es muy probable que la desigualdad mejore y eso hace al estudio quizá una de las piezas de investigación sobre la economía mexicana más importante que se ha publicado en años.
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Diego Castañeda es economista por la University of London.
Twitter: @diegocastaneda