Sabíamos que algo así podría pasar.
Y es que la semana pasada ocurrieron dos cosas muy curiosas: la primera fue que dieron la licitación del proyecto del tren México-Querétaro a un consorcio en el cual estaban varias empresas mexicanas (amiguitas del gobierno) y una empresa china, pero después de que todo el mundo vio con muy malos ojos que casualmente nadie más quisiera o pudiera participar en el concurso de licitación, el Gobierno decidió mejor cancelar la licitación y abrir una nueva convocatoria.
Ya entonces especulamos que esto no haría feliz al partido chino y al líder de ese país, Xi Jinping (pues la empresa beneficiada con la licitación era una paraestatal del gigante asiático). Según la agencia Xinhua, China Railway Construction Corporation está «sumamente sorprendida» por la decisión de México de anular la licitación que habían ganado unos días antes para construir el tren de alta velocidad por un valor de 50 mil 800 millones de pesos.
Los chinos establecerán un equipo legal y aseguraron que recurrirán a la justicia para proteger sus intereses legítimos si fuera necesario.
Las beneficiarias del concurso con un único participante eran China Railway Construction Corporation y las firmas mexicanas Prodemex, Constructora y Edificadora Gia, Constructora Teya y GHP Infraestructura Mexicana (todas las últimas gozan de nexos con el PRI o con Peña Nieto).
Por otro lado, los chinos dicen que siguieron al pie de la letra los procedimientos de la licitación pública y la oferta cumplía los requisitos exigidos por el gobierno mexicano.
Dijeron:
«La parte mexicana tiene toda la responsabilidad por la anulación del acuerdo. No tiene nada que ver con nuestra compañía. Estamos siguiendo de cerca cualquier acontecimiento»
Recordemos que Peña estará hoy en Beijing para participar en el Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico y realizar una visita de Estado en China.
Peña dijo que decidió cancelar la licitación debido a:
«las dudas e inquietudes que han surgido en la opinión pública»
Este será el primer tren de alta velocidad en el continente americano y reducirá el tiempo de viaje de 2 horas y media a tan solo 58 minutos con una velocidad de 300 kilómetros por hora.
El gobierno tenía pensado que se iniciaran en este año las obras para que el tren estuviera listo en este sexenio…ahora andan un poco apurados.