El Emoya Luxury Hotel and Spa, ubicado cerca de Bloemfontein, Sudáfrica, ofrece una docena de habitaciones hechas de madera y chapa en las que los turistas se pueden hospedar. Algo que al parecer no tiene nada que ver con el nombre.
Podríamos pensar que este hotel es el ejemplo perfecto de lo que no queremos para nuestra boda o festividad pero en dicha ciudad ha causado sensación. El complejo ha hecho todo lo posible para volver a crear las alegrías del barrio bravo sin las molestias de la delincuencia, la enfermedad o la falta de saneamiento.
Por extraño que parezca, estas casa que parecen caer, buscan darle a la gente una impresión diferente y alejada de lo mismo de siempre. No hay paredes con ventanales gigantes, cuadros caros por todos lados y esculturas dentro, se trata de una experiencia diferente pero con el lujo que se merecen.
Por sólo 82 dólares la noche, los habitantes de la ciudad o lo turistas, pueden quedarse en un lugar que para algunos puede resultar ofensivas, para otros divertidas y otros más creerán ver en ellas un reflejo de la situación actual en el mundo.
El lujo está lejos del significado que le conocemos. El lujo de esto tiene que ver más con la experiencia, ya que uno mismo tiene que hacer sus cosas. Disfrutar de la vida “salvaje”, “austera” y “simple” hace que estas vacaciones sean sin igual.