Entre acusaciones, chismes, comparecencias a distancia y la búsqueda de acuerdos, la situación de Emilio Lozoya se está poniendo bastante complicada. ¿El lado bueno para el exdirector de Pemex en la época de Peña Nieto? Todo el proceso se lo está aventando en completa libertad.
Y así seguirá, al menos, tres meses más después de que un juez le otorgara una prórroga en su caso.
Este viernes, en una audiencia a distancia con un juez federal del Reclusorio Norte, Emilio Lozoya consiguió que se retrasara por cuarta ocasión la definición de su caso. La nueva cita es a mediados de noviembre.
La cita de esta semana era, específicamente, por la famosa compra millonaria de Agronitrogenados, una planta en estado chatarra. A Lozoya lo acusan de recibir sobornos por parte de Alonso Ancira, antiguo dueño de Altos Hornos de México, para completar la desafortunada transacción.
Ancira está obligado a pagar 216 millones de dólares, pero Lozoya se mantiene en el limbo.
De acuerdo con Reforma, este caso lleva más de un año en los escritorios de la Fiscalía General de la República (FGR) y se quedará un tiempo más.
El juez federal del Reclusorio Norte, Artemio Zúñiga Mendoza, le dio a todos los involucrados un nuevo plazo de tres meses para que lleguen a un acuerdo.
“Exhortó a las partes a que concreten pláticas”, comenta El Universal en esta historia que nomás no termina de definirse.
Aunque el funcionario de la época de EPN ha evitado pisar la cárcel gracias a sus confesiones —que se han usado en otros casos penales— es importante mencionar que todavía no consigue oficialemte el famoso “criterio de oportunidad”. O sea que Lozoya todavía no es testigo protegido… y por supuesto, podría enfrentarse a los cargos que le imputan: asociación delictuosa, lavado de dinero y cohecho.
*Con información de Reforma, El Universal y Animal Político