El decreto del presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, se da luego de recientes actos de violencia de género. En especial, los tres feminicidios ocurridos la noche de Navidad.
Con el decreto de Vázquez, las autoridades de Uruguay deben priorizar la erradicación de la violencia ejercida contra las mujeres, niños, niñas y adolescentes. Además, se remarca que el Estado tiene la responsabilidad de prevenir, investigar y sancionar la violencia basada en género, así como la protección, atención y reparación.
Aunque según el prosecretario de la presidencia, Juan Andrés Roballo, desde hace días se estaba planeando un plan para atender la violencia de género, fueron los tres feminicidios registrados en la noche de Navidad que hizo acelerar la declaratoria de emergencia.
De acuerdo con Aristegui Noticias, la semana pasada un hombre mató a su expareja y su excuñada, mientras que otro sujeto asesinó a su exhijastra.
“Todas las respuestas del Estado han resultado insuficientes ya que la prevalencia de la violencia de género continúa siendo muy alta en Uruguay, tratándose de un problema estructural complejo que ha mostrado llegar a una meseta que no disminuye”, acepta el decreto del presidente Uruguay.
Según indica El País de Uruguay, entre las medidas que rápidamente se implementarán como parte del decreto de emergencia nacional, se ampliará el programa de tobilleras electrónicas, con lo cual se pretende fortalecer el monitoreo de mujeres que solicitan protección.
Además, se realizará una campaña cuyo objetivo será el de difundir medidas de protección para mujeres frente al riesgo inminente de vida. Por otra parte, se ofrecerán cursos virtuales para fomentar “masculinidades no violentas”.
Lo último, dirigido especialmente a educadores y educadores que habrán de ser los primeros en incitar al cambio de pautas socioculturales, además de ayudar a la prevención de la violencia de género.
De acuerdo con el decreto del presidente Tabaré Vázquez, complementariamente a las acciones que inmediatamente se realizarán, habrá “a propuesta de un Plan Nacional de Emergencia por una Vida Libre de Violencia de Género, el cual requiere acciones permanentes a nivel de educación y promoción de cambios culturales dirigidas a toda la población que sustentan vínculos violentos”.
Dicho plan contempla la atención de niños y mujeres, así como los varones agresores. También prevé la “protección a las víctimas; acceso a la justicia; promoción de rutas de salida cuando se conjugan factores de vulneraciones múltiples (pobreza, la discapacidad, la zona de residencia, la ascendencia étnico racial, la identidad de género, entre otras) y la reparación a las víctimas.