Anastasio Hernández Rojas nació en San Luis Potosí. Antes de ser mayor de edad migró a Estados Unidos. Ahí vivió durante más de 27 años dedicándose a la construcción y criando una familia junto a su esposa María y sus cinco hijos; todos nacidos en San Diego, California. Un día fue arrestado.
Era 2010 y lo detuvo la policía porque supuestamente había robado comida.
Curiosamente, no levantaron cargos… pero tampoco lo dejaron libre. Como no tenía papeles, la policía de San Diego entregó a Anastasio a la Patrulla Fronteriza para que fuera deportado a México; pero eso nunca sucedió. Anastasio Hernández murió menos de 20 días después, cuando todavía estaba en custodia de quienes popularmente —y con cierto miedo— conocemos como “La Migra”.
El asesinato de Anastasio
La muerte de Anastasio Hernández es una historia bastante fea.
Fue arrestado el 10 de mayo de 2010 por no tener sus papeles en regla. El migrante mexicano, padre de cinco hijos nacidos en San Diego, iba a ser deportado. El 28 de mayo se lo llevaron esposado al puerto de entrada de San Ysidro donde lo golpearon, lo electrocutaron y lo asfixiaron hasta que dejó de respirar. Tuvo que ser hospitalizado con soporte vital.
El 31 de mayo murió en el hospital.
Los estudios demostraron que los agentes de la Patrulla Fronteriza lo habían lastimado muchísimo. Tenía lesiones en la cara, en el cuerpo, cinco costillas rotas y hemorragias internas. Sufrió un infarto y tenía daño cerebral.
El caso de Anastasio no terminó ahí. A pesar de que la muerte del migrante mexicano fue considerada oficialmente como un homicidio y que videos testimoniales, de cómo los agentes de la migra lo electrocutaban, se transmitieron en los noticieros de Estados Unidos, la justicia lleva 12 años escabulléndose de la familia Hernández.
Y es por eso que tenemos que hablar del histórico juicio que está a punto de suceder.
El emblemático juicio
En este 2022 —sí, más de 12 años después de la muerte de Anastasio— la Patrulla Fronteriza no ha enfrentado un juicio por el asesinato. Aunque eso podría cambiar pronto.
Después de años en los que el gobierno de Estados Unidos ha detenido el caso, ha ocultado pruebas, ha intentado mantener en secreto los nombres de los agentes involucrados o incluso ha intimidado a algunos testigos para que no avance la justicia, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) tendrá una audiencia para discutir este homicidio.
Aunque la familia de Anastasio Hernández llegó a un acuerdo con el gobierno hace algunos años —por miedo a represalias de la administración Trump—, sus abogados han escalado el caso a las instancias internacionales.
Será la primera vez en la historia que la CIDH investigue un asesinato ilegítimo por las fuerzas del orden de Estados Unidos.
Buscan una disculpa pública, que se reabra la investigación contra los agentes de la Patrulla Fronteriza por el asesinato de Anastasio y que se reformen las políticas al interior de la corporación policiaca que sistemáticamente ha violentado a migrantes —especialmente mexicanos.
Y todo podría suceder antes de lo que pensamos.
Los abogados de María Puga, la esposa de Anastasio, se unieron con la Alliance San Diego y de Berkeley Law para hacerle una petición a la CIDH y que atienda este histórico caso el próximo 4 de noviembre en una audiencia pública.