Lo que necesitas saber:
Elon Musk ayudó a crear OpenIA y donó millones de dólares para su desarrollo. Argumenta que la organización olvidó su objetivo fundacional al asociarse con Microsoft
Quienes conocemos a Elon Musk (o sea no en persona… por todo lo que se dice de él) sabemos que es alguien que no se anda con rodeos. El multimillonario demandó a OpenIA, la compañía detrás de ChatGPT, y de paso a su director: Sam Altman.
Si tú también te quedaste de “¡¡¿Cómo poooooor?!!”, déjanos contarte todo el chisme. Resulta que OpenIA tiene un acuerdo con Microsoft y esto no le gustó ni tantito al buen Elon. Musk presentó una demanda por ello, la pregunta es: ¡¿Y él qué o por qué la denuncia?!
¿Por qué Elon Musk demandó a OpenIA, creadora de ChatGPT y Sam Altman?
Tal vez lo recuerdas, o tal vez no, pero Sam Altman fue despedido de OpenIA en noviembre del 2023, desatando todo un caos que por acá explicamos en su momento. No tardó mucho en regresar como CEO de la compañía responsable de ChatGPT, por eso es que nuevamente entra en esta conversación.
Lo que no muchos recuerdan es que Elon Musk fue cofundador de Open IA. El hoy dueño de X ya está trabajando en su propia inteligencia artificial Grok, pero tiempo atrás (por allá de 2015) ayudó a crear la empresa que luego dio vida a ChatGPT. Y sí, por eso Elon anda pendiente de que lo que hacen y no hacen en OpenIA.
Pues bien, ya con la respuesta de por qué están involucrados los involucrados, vamos ahora sí con la razón de la demanda. Elon Musk demandó a OpenIA, Sam Altman y otros altos mandos de la compañía (como su presidente Greg Brockman) por supuestamente abandonar el objetivo para el cual se creó Open IA: “el desarrollo de la inteligencia artificial sin fines de lucro y en beneficio de la humanidad”
¿Se puede demandar a una empresa por “abandonar” su objetivo inicial?
Dirían por ahí, si Elon Musk presentó una demanda por eso, es porque sí se puede. El tema es: ¿Bajo qué argumento legal? De acuerdo con la demanda, presentada el 29 de febrero en la Corte Superior de San Francisco y retomada por The New York Times (que también demandó a Microsoft por derechos de autor por su IA), OpenIA fue en contra de su contrato fundacional.
Formalmente la acusación es por incumplimiento de contrato y violación de deber fiduciario (administrar el dinero o bienes de un grupo), además de prácticas comerciales desleales. Elon Musk aportó unos 50 millones de dólares para echar a andar OpenIA, y continuó donando dinero tras hacerse a un lado en 2018. Eso, considera, le daría derecho a reclamar el rumbo de la empresa a pesar de ya no trabajar en ella.
Sucede que Elon Musk argumenta que la tecnología de OpenIA debe ser de código abierto porque para eso se creó, es decir, que el código de su software estuviera disponible para todo mundo. Pero en lugar de eso, el acceso es restringido y le han dado prioridad al dinero y a lucrar con su tecnología.
“OpenAI, Inc. se ha transformado en una filial de facto de código cerrado de la mayor empresa tecnológica del mundo: Microsoft. Bajo su nuevo consejo administrativo, no sólo está desarrollando, sino también perfeccionando, una IA para maximizar los beneficios de Microsoft, en lugar de hacerlo en beneficio de la humanidad”, señala la denuncia.
¿OpenIA se convirtió en aquello que juró destruir?
En el texto también se argumenta que Elon Musk está “preocupado” por el peligro que representa la inteligencia artificial para la humanidad ahora que está en manos de una empresa privada como Microsoft.
OpenIA, que debe su nombre al propio Elon Musk, fue creada para hacer frente a Google y su DeepMind, que en 2014 era de los principales laboratorios de aprendizaje profundo para la IA generativa.
¿De qué va el acuerdo entre OpenIA y Microsoft?
Ahora bien, pusimos eso de que OpenIA se convirtió en lo que juro destruir como pregunta, porque Microsoft dice que no han cambiado el objetivo de la compañía. En distintos comunicados donde habla de su asociación con OpenIA, señala que ésta se mantiene como una organización sin fines de lucro. Además, asegura que su idea es crear inteligencia artificial en beneficio de la humanidad.
“En cumplimiento de nuestra misión de garantizar que la IA avanzada beneficie a toda la humanidad, OpenAI sigue siendo una empresa con beneficios limitados y se rige por la organización sin fines de lucro OpenAI. Esta estructura nos permite recaudar el capital que necesitamos para cumplir nuestra misión sin sacrificar nuestras creencias fundamentales sobre la distribución amplia de beneficios y la necesidad de priorizar la seguridad”.
El acuerdo de asociación entre Microsoft y OpenIA es de una inversión de mil millones de dólares por varios años. El acuerdo se firmó en 2019 y ha venido reafirmándose año con año.
Cuando lo anunciaron en aquel año, informaron que el acuerdo abarca los siguientes aspectos:
- Microsoft y OpenAI construirán conjuntamente nuevas tecnologías de supercomputación de Inteligencia Artificial sobre Azure.
- OpenAI adaptará sus servicios para que funcionen en Microsoft Azure, plataforma que utilizará para crear nuevas tecnologías de supercomputación y de IA.
- Microsoft se convertirá en el único proveedor de OpenAI para la comercialización de nuevas tecnologías de IA.
Al año siguiente, en 2020, Microsoft acordó tener derechos exclusivos sobre los modelos de inteligencia artificial de OpenIA.
¿Tiene futuro la demanda de Elon Musk contra Open IA y Sam Altman?
Un especialista consultado por la agencia AP dice que no. Anupam Chander, profesor de derecho en la Universidad de Georgetown, ve muy difícil que la demanda tenga frutos. Elon Musk quiere, además de lo ya mencionado, que una orden judicial impida que cualquier empresa privada se beneficie de OpenIA.
Sin embargo, en su análisis considera que ganar la demanda no es realmente el objetivo del dueño de Tesla. Elon Musk estaría buscando, en realidad, que el mundo recuerde cuál fue su lugar en la historia de la inteligencia artificial, así como argumentar que su única intención es beneficiar a la humanidad con Grok, la IA que está desarrollando. Básicamente venderse como un héroe que sólo piensa en el bienestar de las personas.
Por otro lado, y retomando la pregunta anterior de si es posible demandar a una empresa bajo los argumentos de Elon Musk, Dana Brakman Reiser (profesora de la Facultad de Derecho de Brooklyn) puso en duda que de verdad tenga facultad para presentar una demanda como la que interpuso.
“Sería muy preocupante si cada persona que se preocupa por una organización benéfica o dona a ella pudiera demandar a sus directores y funcionarios diciendo: ‘No están haciendo lo que creo que es lo correcto para administrar esta organización sin fines de lucro”. Según su experiencia, sólo otro director o un fiscal General podrían aventarse tal afrenta legal.
Pero en fin, como decíamos al principio, quienes conocemos a Musk sabemos que no suele detenerse cuando se le mete algo en la cabeza.