Como lo habían pronosticado las encuestas —ahora sí le atinaron—, el centrista Emmanuel Macron y la ultraderechista Marine Le Pen salieron ganones en la primera vuelta de las elecciones en Francia y se perfilan a ocupar el Palacio del Elíseo, en París. El candidato independiente y la representante del partido Frente Nacional se verán las caras en las urnas el próximo 7 de mayo. El primero obtuvo 23.75% de los votos, mientras que su rival registró 21.53%. El triunfo de cualquiera de los dos aspirantes presidenciales sería histórico: Macron se convertiría en el presidente más joven en la historia de Francia, mientras que Le Pen sería la primera mujer en gobernar el país. Los perfiles no podrían ser más disímiles y encontrados entre sí. Uno es un europeísta, cercano a los empresarios y liberal en materia social. La otra candidata se dice representar los intereses del pueblo, busca coartar libertades sociales y busca la salida de Francia de la Unión Europea. Como si Barack Obama y Donald Trump se encontraran en la misma boleta.

Ante el pobre crecimiento económico, la alta tasa de desempleo y los constantes ataques terroristas en su territorio, los ciudadanos franceses castigaron con su voto a los partidos hegemónicos de derecha e izquierda y se decantaron por Marine Le Pen y Emmanuel Macron. Personajes como Bernard Cazeneuve, actual primer ministro de Francia; Francois Fillon, exprimer ministro y candidato a la presidencia; Benoit Hamon, excandidato a la presidencia por el partido socialista; y el presidente Francois Hollande, mandatario con los niveles más bajos de aprobación popular, han indicado que su voto será para el independiente Macron, que se define como un político que no es “ni de izquierda ni de derecha”. Cazeneuve indicó que emitirá su sufragio por el líder del movimiento En Marche!, toda vez que el partido fundado por el padre de Le Pen representa “regresión y división para Francia“.

¿Qué ha hecho Le Pen rumbo a la votación del 7 de mayo?

La candidata del Frente Nacional renunció a su puesto como presidenta del partido y acusó a su rival de ser débil en cuanto a enfrentar la amenaza terrorista. “Él está a favor de tener fronteras totalmente abiertas. Afirma que no existe tal cosa como la ‘cultura francesa’. No hay área alguna en la que demuestre una onza de patriotismo”, indicó Le Pen en un acto realizado ayer, 24 de abril. La candidata ultraderechista también definió a Macron como un “graciosísimo radical europeísta“. La plataforma de seguridad del aspirante independiente ha sido uno de los puntos más flacos y cuestionados de su campaña: ésta consiste en contratar más policías, incrementar el tamaño de la milicia y crear un unidad doméstica antiterrorista.

En ese sentido, Le Pen propone la suspensión de la inmigración legal hasta aprobar nuevas leyes que la reduzcan a 10 mil inmigrantes al año, expulsar automáticamente a todos los inmigrantes ilegales, llevar el secularismo al máximo y prohibir cualquier manifestación de religiosidad —como burkas o kipá— en público, además de cerrar mezquitas. La candidata del Frente Nacional busca sacar a Francia de la OTAN y aumentar el gasto en defensa. En los últimos dos años, los ataque terroristas en Francia han dejado más de 200 muertos, por lo cual la sensación de miedo y desamparo podría inclinar la balanza a favor de la ultraderechista. Le Pen, al igual que Donald Trump, ganó en las zonas industriales, en las más empobrecidas y menos desarrolladas.

Foto: Sylvain Lefevre/Getty Images

Desde Rusia con amor

De acuerdo con el periódico The New York Times, un grupo de hackers rusos realizó un ataque contra En Marche!, movimiento liderado por Macron, en marzo de este año. La compañía japonesa de ciberseguridad Trend Micro indicó que el ataque buscaba robar datos personales de los miembros de la organización a través de phishing. La compañía especializada en seguridad en la red indicó que los responsables del ataque habrían sido los integrantes de Pawn Storm, un grupo de hackers rusos ligados al espionaje virtual contra la demócrata Hillary Clinton durante la campaña presidencial de 2016. El portavoz presidencial de Rusia, Dmitri Peskov, negó las acusaciones y dijo que su país no se inmiscuyó en las elecciones de Francia. La figura de Marine Le Pen ha sido vinculada con Rusia desde los albores de su campaña: desde las acusaciones que señalaban que la candidata recibía dinero de los rusos hasta la petición de la misma para quitarle las sanciones económicas al país gobernado por Vladimir Putin.

Fotos: Getty Images

¿Y ahora qué sigue en Francia?

De acuerdo con el diario español El País, las probabilidades de que Le Pen gane la segunda vuelta electoral son pocas. La candidata del Frente Nacional difícilmente podrá ser competitiva en el cara a cara con Macron si únicamente depende del apoyo con el que ya cuenta, mientras que su rival ha sumado espaldarazos de varios políticos. El periódico asegura que algunas encuestas colocan a Emmanuel Macron hasta con 60% de las preferencias. The Guardian indica que si bien Le Pen no cuenta con alianzas naturales con otros partidos, apela a ganar simpatizantes utilizando el discurso populista de ser la “candidata del pueblo” y “representar a los ‘patriotas'”, mientras que Macron forma parte de la “élite arrogante” que ve el “dinero como rey”. El discurso de Marine Le Pen, que invita a los franceses a sacudirse de la élite, podría permear en varios votantes.

Este es el itinerario para conocer qué es lo que sigue en Francia: el próximo 3 de mayo, ambos candidatos se verán las caras en debate. El viernes 5 de mayo las encuestas y las campañas pararán para dejar un día libre antes del día de la elección. El domingo 7 de mayo se llevará a cabo la votación que definirá al nuevo presidente de Francia. Durante el 11 y 18 de junio se llevarán a cabo las elecciones parlamentarias.

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