Por Esteban Illades
Por fin, por fin estamos en la última semana de campañas de este año. Tendremos unos cuantos días de paz y tranquilidad hasta que arranquen las campañas para el próximo, que van a ser como éstas pero en esteroides.
Pero, antes de que eso suceda, tiene que, con toda la pena del mundo, haber elecciones. Tres estados se juegan la gubernatura (Coahuila, Estado de México y Nayarit) y uno presidencias municipales (Veracruz).
En Coahuila, estado que los Moreira han gobernado durante más de una década, el PRI va arriba en las encuestas. Algo increíble si se piensa que… los Moreira lo han gobernado durante más de una década.
En Nayarit todo apunta a que habrá alternancia por segunda vez, aunque el candidato que va puntero, en alianza PAN-PRD, es hijo de un gobernador que se fue del PRI para luego volver, y luego declaró que cuando su hijo tomara el poder, lo haría… por el PRI, y que lo haría porque su familia iba a ser como “una dinastía china” de emperadores.
En Veracruz suceden cosas tan de pena ajena como que el dueño de los Tiburones Rojos, que lleva ya un rato inhabilitado del futbol, ande teniendo que argumentar que el logotipo de su campaña no es un tiburón, sino una sardina. Todo con tal de que no lo multen por violar la ley electoral.
Y el Edomex… bueno, el Estado de México es caso aparte. La elección que más le importa al presidente Enrique Peña Nieto es algo de lo que vale la pena hablar hoy, porque el resultado del próximo domingo puede generar olas grandes de aquí a 2018.
¿Cómo van los candidatos?
Josefina Vázquez Mota
Cuando Josefina Vázquez Mota anunció que sería la candidata del PAN al gobierno del estado, las encuestas la ponían en primer lugar. En gran parte porque de los nombres mencionados hasta entonces era de lejos el más conocido. Pero, conforme fue avanzando la campaña, fue cayendo, al grado de que los números la tienen al borde del ridículo: de cumplirse la tendencia, pasaría del primer al cuarto lugar. De tener más de 30% de los votos quedaría en poco más del 10%.
Y es que Vázquez Mota ha sido una candidata terrible. No ha cambiado la manera de dar discursos desde 2012, cuando quiso ser presidenta de la república. Su manejo de imagen ha sido peor, al grado de que hace unos días, ya en plena desesperación, se quiso ver muy cool en un video en el que salía con “chavos” en patineta porque estaba “en onda”.
Miren:
Los jóvenes quieren sacar al PRI porque quieren un #Edomex seguro. En @AccionNacional les decimos: ¡fuera! #SoloElPANSacaAlPRI pic.twitter.com/Y35SOWyIcT
— JosefinaVázquezMota (@JosefinaVM) May 20, 2017
Y luego quiso usar luchadores, sólo con el pequeño detalle de que uno estaba… en bolas.
Con tu voto, ¡aplícale una Wilson al PRI y sácalo del #Edomex! #SoloElPANSacaAlPRI pic.twitter.com/UlYxEWYBlb
— JosefinaVázquezMota (@JosefinaVM) May 25, 2017
Más allá de su manejo de imagen, Vázquez Mota no se ha quitado de encima el escándalo que destapó Mexicanos contra la corrupción y la impunidad hace unos meses: la entrega de millones de pesos del gobierno federal a una organización presidida por ella, que, entre otras cosas, no ha presentado informes de gastos. Al día de hoy no se sabe qué se ha hecho con ese dinero.
Ah, y la cereza en el pastel: así como se trató de acercar a “la chaviza”, también se acercó al Frente Nacional Para la Familia, ese grupo que promueve el discurso de odio hacia los homosexuales pero lo disfraza como “defensa de valores”.
Alfredo del Mazo
Nada más porque tiene una estructura gigante detrás –al grado de que Reforma descubrió un documento en el cual se detallaba cómo es que el gobierno federal está metiendo las manos en el proceso electoral del Estado de México–, pero si no del Mazo sería el candidato más gris en mucho tiempo. Tanto así que, como dijo Juan Pablo García Moreno en Twitter:
Del Mazo no pasa la prueba de Turing. #DebateEdomex
— Juan Pablo Gm (@JpGm91) April 26, 2017
Es un robot. No se le mueve un pelo. No tiene una arruga. No se sale del discurso. Pero, por lo mismo, no inspira nada.
Del Mazo, por sí mismo, ha dado poco de qué hablar durante la campaña. Prometió un “salario rosa” para las amas de casa del Edomex; entiéndase, que el gobierno les daría dinero por su trabajo. No dijo cuánto, ni cómo, pero si algo demuestra que no tienes grandes ideas en la campaña es gritar “¡Dinero gratis!” para atraer votos.
La otra cosa que llamó la atención fue que cuando vino a la Ciudad de México a un programa de noticias, declaró que estaba en contra del matrimonio igualitario y del aborto, y a favor “de la familia”, como si ambas fueran excluyentes. Eso tampoco lo diferenció mucho de los demás, pues salvo uno de los candidatos, todos resultaron muy conservadores.
Delfina Gómez
Gómez ha sido una de las sorpresas de la campaña, pues ha pasado la mayor parte de ella cuello a cuello contra del Mazo. Ha tenido buenas propuestas –en particular la de un muy necesario sistema integral de transporte público en el estado– peeeero… también grandes problemas. El más grande, que la persigue desde el primer debate, es la acusación de que cobró moches cuando fue alcaldesa de Texcoco, y el dinero fue a dar a la cuenta particular de un colaborador. Gómez ha dicho que está dispuesta a ser investigada y que no ha hecho nada malo. Hasta ahora las autoridades siguen la pista, pero no la han acusado formalmente de nada.
El otro problema que tiene se llama Andrés Manuel López Obrador. Si de algo se acusa a Morena es que el partido es AMLO y AMLO es el partido, y el líder de Morena está tan metido en todos los temas que lo que haga él o su gente le pega de forma directa a Gómez. Es el caso, por ejemplo, de las acusaciones contra la diputada local veracruzana Eva Cadena, que ha salido en varios videos en los que se le ve aceptar dinero de desconocidos; también en uno embarró a la coordinadora de los diputados de Morena, Rocío Nahle, al decir que ella es la que maneja todo ese dinero que al final llega a López Obrador. Cadena ha sido kriptonita.
“El Peje” ha dicho que “su plumaje” no se mancha, aunque el de sus compañeros de partido sí se enlode. Es el caso de Gómez, quien ha salido salpicada por los videos de Cadena, así como por la batalla campal que libró López Obrador contra José Cárdenas la semana pasada.
Juan Zepeda
Sin duda el candidato revelación de esta campaña es Juan Zepeda, representante del PRD. Empezó tarde, porque dentro del partido se estaban dando hasta con la sartén, entre que se aliaban con el PAN o iban solos. Muchos lo daban por muerto, ya que el PRD está en coma, pero Zepeda se ha levantado del cuarto lugar, y aunque no está empatado con los punteros, está muy cerca de ellos.
Zepeda ha causado tanto lío en esta elección que López Obrador le ha puesto tres ultimatums –lo cual no deja de ser raro, dado que el chiste de un ultimátum es que se sea eso, algo definitivo o último– para que decline en favor de Gómez. Zepeda no sólo no lo ha hecho, sino que hasta le cantó el tiro a López Obrador en una carta.
A pesar de ello, se ve difícil que gane, así que queda la duda de su cálculo político. Alejandra Barrales, presidenta del PRD, se reunió hace unas semanas con Ricardo Anaya, presidente del PAN, y se esperaba que hubiera una decisión sobre la elección del Estado de México. No obstante, no se llegó a nada. Luego Josefina Vázquez Mota convocó a una conferencia de prensa ayer, y tampoco dijo nada. Y Zepeda no piensa declinar, como se lo dejó claro a López Obrador.
Entonces una hipótesis podría ser que la campaña lo catapultara a luchar por la presidencia del PRD cuando Barrales deje el cargo, o una senaduría el próximo año en las elecciones federales. Porque un tercer lugar, en términos prácticos, no sirve para mucho.
Teresa Castell
De la candidata “independiente” no vale la pena hablar. Para mostrar quién es y qué aporta sólo es necesario ver este video:
¿Qué puede pasar el próximo domingo y qué efecto puede tener para 2018?
El pronóstico es reservado. De ganar el PRI, parece muy claro que Morena y su candidata impugnarán la elección y denunciarán algún tipo de fraude. De hecho, López Obrador ya comenzó a declararlo de manera preventiva.
Si la elección es cerrada, como se espera, mucho dependerá de los tribunales electorales, aunque para anular una elección tiene que existir una diferencia menor al 5% de votos entre primer y segundo lugar y que se compruebe que 1) se haya rebasado el tope de gastos de campaña por más de 5% o 2) que se compruebe que se haya utilizado dinero de procedencia ilícita. (Ver el artículo 41 VI de la Constitución.) Y esa anulación nadie se la va a querer aventar.
De ganar Morena, el próximo año se va a poner interesante: el triunfo de la candidata pondría a López Obrador en el foco de aquí a mediados del próximo año. Crearía una narrativa de un triunfo casi inevitable en la elección presidencial, hasta que claro, el propio AMLO se vuelva a poner el pie, como ya es costumbre. (#CállateChachalaca)
Eso sin contar que será el principal blanco de todos los demás partidos, también como es costumbre.
De ganar Zepeda, el PRD reviviría lo suficiente como para tener un buen puesto en la mesa para negociar con otros partidos en 2018. Es casi imposible pero hay una muy pequeña posibilidad.
Y de ganar Josefina…
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Esteban Illades
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