Encontrar los casos paranormales de la vida pública mexicana es toda una aventura: entre empresas fantasmas, desapariciones de presupuestos y carreras que resurgen de entre los muertos, pareciera que la vida real es mucho más tenebrosa que cualquier historia oscura. Sin embargo —después de echarnos más de un clavado en las partes más raras de YouTube— nos pudimos encontrar con varios casos que sí te van a dejar pálido… del susto o de la vergüenza, pero pálido a fin de cuentas.
Hay casos de brujos, videntes y fantasmas pero todos tienen en común a la criatura más horripilante: los políticos mexicanos. ¡MUA, JA, JA!
La vidente de Raúl Salinas de Gortari
Francisca Zetina, mejor conocida como La Paca, es uno de los personajes más increíbles de la historia nacional: era la vidente de Raúl Salinas de Gortari. Según Proceso se volvieron cuates utilizando artefactos esotéricos africanos y después de ocho años de relación terminó siendo su consejera… pero en lo oscurito.
Saltó a la fama nacional cuando la PGR la contrató por 4 millones de pesos —y de los de 1996— para buscar místicamente el cadáver del diputado Manuel Muñoz Rocha.
A través de unas visiones, sintió un cuerpo en el rancho El Encanto, propiedad de Raúl Salinas y sí era cierto… las autoridades encontraron y exhumaron la osamenta. Después de las investigaciones resultó que no era el diputado que buscaban y el cuerpo era, en realidad, el del yerno de La Paca. No había investigaciones paranormales, todo había sido un montaje orquestado por “el hermano incómodo” para desprestigiar con éxito a la PGR.
Al final ella pasó 12 años en el bote por esta movida y al salir en 2008, regresó a su casa en Iztapalapa.
Ella siempre dijo que pertenecía a una hermandad “donde la mente no tiene tope” en donde participaba Raúl Salinas de Gortari. Confesó que ayudaba a sus miembros con las prácticas del vudú, de la santería, de los amuletos y de la Santa Muerte. “Cuando necesite sentirme serca [sic] de usted hable tres veces a nuestro guía espiritual”, escribió en una carta desde la cárcel dirigida al hermano del expresidente.
A Chente Fox le hicieron un amarre
“Marta María Sahagún Jiménez es reconocida como una mujer ambiciosa, capaz de todo”, señalaba el periodista José Gil Olmos en su libro dedicado a la brujería en la política mexicana que se llama Los Brujos del Poder. Tanto, que a pesar de ser cercana —muy— a grupos extremadamente católicos como los Legionarios de Cristo, la acusaron de utilizar la brujería con tal de avanzar en su búsqueda de poder.
Cuentan que, con tal de que Vicente Fox superara a su exesposa (Lilian de la Concha), ella se encerraba en un baño a realizar un oscuro ritual: conseguía fotos de sus enemigos y de las personas que la encelaban, compraba también tarántulas vivas. En un solo y violento movimiento, las ensartaba con un palo para luego quemar todo el changarro.
Si eso suena creepy, espérense a escuchar lo que empezó a hacer cuando conoció al “Padre Campos”.
Por 20 mil pesos mensuales, el Padre Campos le daba las “vitaminas” que tenía que entregarle al expresidente todas las mañanas para que se casara con ella: la receta incluía pelos púbicos —provecho— de la pareja y gotas de su sangre. En 2001 oficializaron el matrimonio.
El periodista José Gil Olmos cuenta que el Padre Campos se fue a vivir a un departamentazo patrocinado con nuestros impuestos y seguía asistiendo todos los días a Los Pinos para seguir dándole a los rituales. “Esta señora hizo sus cosas, sus trabajos de hechicería pero, obviamente, no tiene el nivel de concepción ni de fuerza que tiene Elba Esther para esas cosas malignas y las cosas le reventaron”, señala el periodista.
El fantasma de Palacio Nacional
¿Cuántas cosas no habrá visto Palacio Nacional? La actual residencia de AMLO tiene casi 500 años de historia pues se inicio como una de las residencias privadas de Hernán Cortés. En el camino fue cede del Virrey de la Nueva España, casa de Benito Juárez y hasta es el hogar de la campana de Dolores Hidalgo… bueno, de una campana de Dolores Hidalgo, pero esa es otra historia.
Aunque a nadie sorprende que un lugar que ha visto pasar tantas cosas tenga un habitante paranormal, sí es bastante curioso que no sea de alguien que viviera ahí.
La historia del fantasma de Palacio Nacional está ligada a una de sus cientos —chance miles— de obras de arte que cubren sus pasillos: una pintura de Ignacio Ramírez Calzada, también conocido como ‘El Nigromante’. Detrás del asiento dibujado en el lienzo, cuentan que todas las noches se aparece una niña que camina por los corredores del icónico edificio del Centro Histórico.
La conocen popularmente como “La niña de los Dulces” por una canasta que carga bajo el brazo.
Ha aterrorizado a cientos de trabajadores de Palacio Nacional, se asoma por las ventanas y no ha tenido piedad con los pequeños que visitan el recinto: en una entrevista reciente, José Antonio Meade —que era recurrente en el edificio desde su padre era funcionario de Hacienda— mencionó que pocas cosas le daban miedo, excepto la niña que se aparece en el cuadro de Ignacio Ramírez.
“Nunca me quedé aquí a solas de noche”, cuenta Meade. “Y cuando era hora de retirarse, salía más rápido que Usain Bolt.”
La brujería de Elba Esther
Elba Esther Gordillo, la líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) no necesita presentación… pero sus historias oscuras, sobre todo las relacionadas con la brujería, sí tienen la capacidad de sorprenderte y de ponerte los pelos de punta. Neta, nomás le faltan los zapatos rojos y que se derrita si le echan agua.
De acuerdo con una investigación de José Gil Olmos, de Proceso, los poderes de La Maestra vienen desde los rincones más alejados del planeta.
Su gusto por lo paranormal arrancó con la Santería pero llegó a un nivel tan cañón que ya iba a tener que vestirse de blanco, raparse y usar turbante, así que se vio obligada a dedicarse a técnicas más privadas.
A pesar de muchos amarres y trabajitos, el punto más álgido de su relación con la brujería llegó en el sexenio de Zedillo cuando estaba a punto de perderlo todo por unas investigaciones sobre sus malos manejos. Viajó directamente al corazón de África para encontrar una salida mágica de sus problemas políticos. Después de recibir los consejos de un chamán marroquí, llegó a Nigeria y ahí comenzó el ritual.
Sacrificó a un león y se bañó en sus vísceras durante más de cuatro horas.
Elba Esther quedó marcada para siempre. Consiguió el poder que ansiaba, pero a un alto precio.
El brujo de Nigeria le había advertido que las fuerzas peligrosas con las que había coqueteado nunca se irían con las manos vacías. Los 45 mil dólares que había pagado eran para él, pero ellos querían algo diferente: poco tiempo después del viaje, su nieto consentido perdería la vida de una manera trágica.
¿Ustedes conocen alguna otra historia?