Uno de los grandes ¿mitos? que ha traído consigo la era digital y la innovación tecnologica es el uso de la conexión WiFi, y lo dañina que dicen, resulta para el organismo.
Mientras a unos lo anterior les vale y siguen usando distintos gadgets y aparatos inalámbricos, otro se han tomado muy en serio los rumores y prefieren mantenerse alejados de cualquier objeto moderno.
¿Y entonces qué hacemos? ¿Le tememos al maldito WiFi o vivimos con él sin temer que caeremos enfermos o que mutaremos en algún ser horrible?
Con el paso de los años varios estudios han insinuado que las microondas de los aparatos inalámbricos pueden causarle daños al organismo. Uno de los investigadores que en últimas fechas se han interesado en el tema es Martín Pall, profesor de Bioquímica y Ciencias Médicas básicas en la Universidad de Washington.
Hace poco, durante una conferencia de que dio en Noruega, Pall afirmó que el WiFi podría causar padecimientos como el debilitamiento del sistema inmunológico, la fibromialgia (que produce severos dolores en el cuerpo) o la muerte súbita cardíaca, entre otras enfermedades inexplicables.
Sin ir muy lejos, la doctora Erica Mallery ya había relacionado la llegada del microondas con el surgimiento del estrés.
Las investigaciones de Pall señalan que los campos electromagnéticos que emiten los aparatos inalámbricos resultan muy dañinas para las personas, sobre todo para las mujeres embarazadas y los niños. De paso advierte que de no tomarse las medidas necesarias para salvaguardarla, la población podría estar en grave peligro, sobre todo los estadounidenses.
Estos efectos, dijo durante la conferencia, ya han sido comprobados en animales multicelulares, como los moluscos:
“Creo que este va a ser uno de los mayores problemas de salud dentro de unos años. La mayorías de las personas no están al tanto de ello, y los que sí lo están, sólo conocen datos antiguos. Y ya se ha generado una gran cantidad de información nueva extremadamente importante para valorar los efectos”
Chin… ¿será?
Y nosotros con nuestro celular… y nuestra tablet… y nuestra lap… Ya valimos…
A menos claro, que nos protejamos así: