Por Alejandra Eme Vázquez

Hay tres temas: el amor, la muerte y las moscas.

Augusto Monterroso

“Haces poemas hasta porque pasa la mosca”, le debieron haber dicho a Gerardo Villanueva (México, 1978) en alguna ocasión, sin imaginar que justamente por eso ganaría la edición 2012 del Premio Hispanoamericano de Poesía convocado por el Fondo de Cultura Económica. Su libro, editado en 2013 como parte del premio, fue reconocido por el jurado como un parteaguas en la poesía mexicana para niños, “una escritura gozosa, experimental, alejada de estereotipos, que da cabida al humor y la irreverencia”.

Por ello, y porque cuando hablamos de Literatura Infantil y Juvenil (y de literatura en general) solemos privilegiar la narrativa por sobre todos los demás géneros discursivos, tenemos que hablar de El vuelo de Luci.

Recuerdo vívidamente cuando hojeé por primera vez este libro porque era el último día de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil de 2015 y yo acababa de conocer la escritura de Néstor Perlongher en la maestría, para mi fascinación. Por eso es que encontrarme un epígrafe suyo al inicio del libro (¡de un libro para niños, y de poesía!) me dejó impresionada. Luego lo revisé brevemente y me pareció una propuesta bellísima, pero ya no llevaba dinero para comprarlo, era el último día de la feria y después no lo encontré en librerías porque ni siquiera recordaba el título, el autor o el tema.

Mi memoria no había registrado más que un solo dato y mis súplicas a los extrañados vendedores eran más o menos así: “Por favor, déjeme hojear todos los libros que tenga del premio de poesía para ver cuál tiene un epígrafe de Perlongher”.

Sobra decir que la pesquisa fue infructuosa, hasta que en la FILIJ de 2017 me fui temprano al stand del FCE y pude buscar ejemplar por ejemplar hasta que por fin hallé el epígrafe (junto a otro de David Markson, por cierto) y mi obsesión tuvo nombre: El vuelo de Luci. Y todo valió la pena, porque no es gratuito que sea justamente el rey de los neobarrosos quien da la bienvenida a esta propuesta poética tan distinta a las que suelen dirigirse a las infancias y juventudes.

young adult poetry
Imagen: Shutterstock

Aquí nos vamos a encontrar con un enorme inventario de posibilidades que van desde el gran sentido del humor y el paralelismo entre la visión niña-mosca hasta el juego con los formatos: definición de diccionario, tachado, espacios en blanco, puestas en página que simulan un trayecto de vuelo, desapropiación de otros autores (Emily Dickinson, en este caso) y otros recursos que crean un universo maravilloso en el que las inmejorables ilustraciones de Ixchel Estrada vienen a poner la cereza en el pastel, para beneplácito de lectores y moscas (que, cabe decir, tienen más de una cosa en común).

No somos predicadores para insistir en que tal o cual cosa “debe” ser leída, pero libros como éste de Gerardo Villanueva nos permiten imaginar qué mundo sería posible si nos permitiéramos todos, desde la infancia, desarmar al lenguaje como al carrito de pilas y rearmarlo muchas veces para que funcione de maneras distintas, a ver qué encontramos en ese ejercicio que tiene tanto de juego y tanto de generosidad hacia uno mismo y hacia los demás. Así que aunque no somos predicadores, sí vale la pena terminar diciendo que leer El vuelo de Luci es una experiencia sumamente hermosa, estimulante y divertida que nos abre la puerta a desautomatizarnos.

Y que estaría bonito que no renunciáramos a leer poesía, por si las moscas.

Gerardo Villanueva

Gerardo Villanueva, El vuelo de Luci (cuaderno de tareas, ilustraciones de Ixchel Estrada, FCE, México, 2013.

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Alejandra Eme Vázquez es profesora y ensayista. Estudió en la UNAM la maestría en Letras Latinoamericanas.

 Twitter: @alejandraemeuve

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