El ex secretario de Salud del Gobierno de Guerrero, Lázaro Mazón Alonso, confirmó que presentó su renuncia a petición del gobernador Ángel Aguirre.
La amistad con el alcalde prófugo de Iguala provocó que Ángel Heladio Aguirre Rivero, gobernador de Guerrero, le pidiera su renuncia como secretario de Salud.
“Entregué la renuncia solicitada, esperando que el movimiento sirva para tranquilizar la situación que se vive en la entidad, que abone a retomar la gobernabilidad institucional afectada en los últimos días, como ha sido señalado por diferentes actores en casi todos los medios”, explicó Mazón Alonso.
El gobernador de Guerrero solicitó la renuncia del secretario de Salud para que explique su relación con José Luis Abarca, alcalde prófugo de Iguala. En realidad, los vínculos del gobernador con el alcalde son complejos y cuentan con diversos capítulos de la política mexicana. Aguirre, conocido como “el cacique de la Costa Chica”, primero militó en el PRI bajo el cobijo de José Francisco Ruiz Massieu, gobernador de Guerrero de 1987 a 1993, cuñado de Carlos Salinas de Gortari y padre de nuestra actual secretaria de Turismo, Claudia Ruiz Massieu.
Tras el asesinato de Ruiz Massieu, Aguirre fue gobernador sustituto de Rubén Figueroa Alcocer, presunto autor intelectual de la matanza de campesinos en Aguas Blancas. Siguió en las filas del PRI, primero como diputado federal y después como senador. Tenía en mente la candidatura a gobernador, pero los mandatarios del PRI eligieron a su primo, Manuel Añorve Baños (el chaparrito de la foto), como candidato.
Así que Aguirre decidió lanzarse a la candidatura del estado con el Partido de la Revolución Democrática, apoyado por Marcelo Ebrard.
Y si ustedes creían que el PAN no tenía vela en el entierro, se equivocan: también ellos declinaron a favor de Ángel Aguirre a menos de 10 días de la elección y se colgaron el triunfo.
Amigos del alcalde
José Luis Abarca Velázquez llegó a la alcaldía de Iguala gracias al apoyo de la tribu Nueva Izquierda (NI) del PRD, partido al que llegó invitado por Lázaro Mazón Alonso, criticado por la prensa porque, estando en funciones como secretario de Salud, organizó un evento para apoyar su proyecto hacia la presidencia municipal.
La trayectoria política de Mazón es amplia. Fue coordinador de campaña de Cuauhtémoc Cárdenas, senador por el PRD en la Legislatura pasada, dos veces alcalde de Iguala y, claro, coordinador de la campaña a gobernador de Ángel Aguirre. Antes de todo este escándalo, Mazón quería la candidatura a gobernador por el estado de Guerrero en 2015 en Morena y competir contra su acérrimo enemigo. Zeferino Torreblanca, ambos apoyados por López Obrador.
Antes de entrar a la política, Abarca era comerciante, después adquirió varias joyerías y se volvió propietario de la plaza comercial Galerías Tamarindos. Al asumir el cargo, el alcalde de Iguala se hizo una gran fortuna y se rumora que fue uno de los que financió la campaña a gobernador de Ángel Aguirre Rivero, en 2010.
En 2012, el Consejo Estatal del PRD, encabezado por Bernardo Ortega Jiménez, decidió que el candidato para presidente municipal de Iguala fuera Abarca Velázquez, por la coalición “Guerrero nos Une” (¿coincidencia con Guerreros Unidos?) conformada por el PRD, el PT y el Movimiento Ciudadano, muy similar a la campaña de Aguirre como gobernador.
Desde la candidatura del alcalde de Iguala se conocían los nexos de la familia de la esposa de Abarca con el cártel de los Beltrán Leyva, principalmente las operaciones de sus hermanos: Alberto, Mauricio y Mario Pineda Villa (estos dos últimos ejecutados en septiembre del 2009 por traición), quienes formarían el cartel de “Guerreros Unidos”.
Lázaro Mazón no tardó en cobrarle el favor político a Aguirre haciendo uso del característico nepotismo mexicano, colocó a su hermana Fabiola Mazón Alonso como secretaría de Desarrollo Social y a su hermano Luis Mazón Alonso como presidente municipal suplente de Iguala.
Enemigos del alcalde
El principal oponente del alcalde Abarca era el dirigente de la Unión Campesina Emiliano Zapata (UCEZ), Arturo Hernández Cardona, quien fue secuestrado y ejecutado en junio (el sujeto con bigote que aparece con Aguirre). La regidora perredista, Sofía Lorena Mendoza Martínez, responsabilizó desde un principio al alcalde José Luis Abarca e interpuso una denuncia de juicio político en su contra en el Congreso local.
Nicolás Mendoza Villa, sobreviviente del levantón, declaró que José Luis Abarca mató a Arturo Hernández, disparándole en el rostro y en el cuerpo, después de haberlos torturado.
También estaba el perredista Justino Carvajal Salgado, con quien no tenía buenas relaciones, ejecutado de un balazo en la boca y otro en el pecho.
Como afirmó René Delgado, el crimen está dentro de la política.
“Las tres principales fuerzas comparten un profundo desprecio por la vida. Si algo les preocupa, es el costo electoral que los muertos implican […] Todos electos, todos manchados, todos cómplices en silencio […] Por eso, el panismo y el perredismo no molestan al priismo por el desastre de su gobierno en Michoacán, el priismo y el panismo guardan respetuoso silencio ante el perredismo por el desastre de su gobierno en Guerrero, el priismo y el perredismo no molestan al panismo por los moches al bajar dinero del presupuesto. Complicidad disfrazada de solidaridad de clase”.
Cualquier candidato, independientemente del color, ya sea verde, azul o amarillo, abre la cartera sin mirar quién la llenó de dinero y qué compromiso adquirió al sumar patrocinadores, criminales o no, en su afán de conquistar el poder.
Y en medio de este pacto por México entre narcos y políticos corruptos, están los estudiantes desaparecidos.