Joe Lewis llegó a White Hart Lane en Londres en el 2001 para comprar al Tottenham Hotspur por la módica cantidad de 27.5 millones de euros, cantidad que piensa recuperar -además de sacar ganancias- al vender al equipo en nada más y nada menos que mil millones de libras.
Desde un principio Lewis y Daniel Levy, presidente del club, parecían tener claro que los Spurs tenían que regresar a la élite del futbol mundial: su primera apuesta fue Teddy Sheringham, luego pasaron hombres como Lennon, Berbatov, y nada más y nada menos que Gareth Bale, el hoy flamante futbolista del Real Madrid.
Dentro de los planes del dueño del club, está el construir un estadio para la temporada 2017-18, lo cual correría desde el momento de su compra por los nuevos propietarios, así mismo como la adquisición de los derechos de televisión y del nombre del equipo, todo esto con la convicción de regresar a Tottenham a una Champions League.
De llegar a un acuerdo desde ya con el empresario de 77 años, los nuevos dueños tendrían que enfrentarse a un problema, jugar fuera de su territorio de aquí hasta que se construya en nuevo recinto, situación que evitará que la derrama económica no sea la que se espera; complicada apuesta para los interesados.
Desde la temporada 60-61 los Spurs no saben qué es ganar la Premier League, su último título fue la League Cup en 2007-08 y si de una vez por todas no solventan esta situación, los triunfos podrían tardarse más de lo esperado.