Así es sopicuates, la polémica doctrina que tanto tiempo ha sido una de las directrices del andar estadounidense ha llegado a su fin, o por lo menos eso fue lo que anunció el secretario de Estado, John Kerry.
En una serie de declaraciones harto interesantes, Kerry elogió el desarrollo democrático y económico de las Américas (así le llaman los anglosajones al continente americano), así como la relación de «iguales» entre Estados Unidos y los demás países que compartimos el hemisferio Occidental. Aunque mencionó que la excepción era el caso de Cuba, a la cual exigió mayores reformas políticas (porque él es quién para exigirle reformas a otro país soberano ¿no?) y, de paso, reconoció las preocupaciones «comprensibles» de países latinoamericanos ante las revelaciones del espionaje estadounidense, al cual han sido sometidas las mayores economías latinoamericanas.
Según La Jornada, en un discurso sobre la política estadounidense en el hemisferio, en la sede de la Organización de Estados Americanos en Washington, copatrocinada por Diálogo Interamericano, el secretario afirmó que:
«La era de la Doctrina Monroe se ha acabado»
Añadió:
«Lo que buscamos … no se trata de una declaración de Estados Unidos sobre cómo y cuándo intervendrá en los asuntos de otros estados americanos. Se trata de cómo todos nuestros países se perciban como iguales, compartiendo responsabilidades, cooperando sobre asuntos de seguridad, y adhesión no a una doctrina, sino a las decisiones que tomamos como socios para promover los valores y los intereses que compartimos»
Pero no se preocupen, no es la primera vez que Kerry proclama la muerte de esta doctrina, según su vocera el señor ya ha andado declarando esta muerte antes.
Energía verde
Después el secretario hizo énfasis en lo que llamó «el mercado más grande de la historia humana», el mercado de «energía nueva» en el continente americano, en un marco del desafío del cambio climático. El secretario indicó que se trata de un mercado de 6 billones de dólares con 4 mil millones de usuarios. Señaló que nuestro continente se ha convertido en el centro del mapa global de la energía (esto me preocupa un poco), al parecer, nuestro hemisferio es el productor de la cuarta parte del petróleo del mundo y casi una cuarta parte del carbón, además de un tercio de la electricidad mundial.
Pero expresó que lo más pronto posible debíamos aplicarnos al desarrollo de las energías verdes, ante el riesgo del cambio climático.
Tratado TransPacífico
Además aplaudió que nuestro país se uniera a las negociaciones del TTP, expresó que Obama había redoblado su compromiso con el TLCAN, el cual, a su criterio, fue el paso más grande para la integración del hemisferio.
Dictaduras
Subrayó que estaba contento de que nuestros países habían superado las dictaduras del pasado (como si su gobierno no hubiera tenido que ver con la imposición de varias de ellas) para consolidar democracias por todas «Las Américas». En el caso de Cuba, explicó que desde que llegó Obama al poder ha buscado una nueva relación con la isla.
Explicó el caso cubano y cómo no estaban eligiendo democráticamente a sus líderes, aunque omitió mencionar que los países de nuestro hemisferio votaron por repudiar el bloqueo que Estados Unidos tiene contra Cuba en la Asamblea General de la ONU el mes pasado.
¿Qué era la Doctrina Monroe?
«América para los americanos» ¿recuerdan esta frase? Bueno, era la frase que sintetizaba esta doctrina elaborada por John Quincy Adams y atribuida al quinto presidente de Estados Unidos, James Monroe en el año 1823.
La doctrina exponía que cualquier intervención que un país europeo hiciera en América sería considerado como una agresión a Estados Unidos y requeriría la intervención de este país. Según ellos (o así lo expresó Quincy) la doctrina expresaba la oposición que tenía nuestro vecino del norte al colonialismo.
Pues bueno, esta política probablemente no creó un imperio estadounidense, pero sí fue el motor de una política imperialista (además que muchos se preguntan por la Doctrina cuando Gran Bretaña intervino Malvinas en Argentina o en la intervención francesa en nuestro país entre otras intervenciones europeas en nuestro continente).
Después (en 1904) Theodore Roosvelt emitió el Corolario Roosvelt, el cual establecía que si uno de nuestros países ponía en peligro o amenazaba los derechos o propiedades de los estadounidenses el gobierno de allá estaba obligado a intervenir en los asuntos del país para «reordenarlo», y así, señoras y señores, se justificó Estados Unidos para intervenir en los países de América Latina.