Festejar la independencia de México ha sido una costumbre desde el segundo año del inicio del movimiento armado. Sin embargo, muy pocos se han preguntado sobre el origen de lo mexicano, de la identidad nacional. ¿Qué es? ¿qué significa ser mexicano? Más que un orgullo se ha tornado en un problema, ya que ser mexicano lo es todo y lo es nada.
Actualmente, en México 15.7 millones de personas se consideran indígenas y 6.6 hablan una de las 364 variantes de las 68 lenguas indígenas. Es posible decir que Mesoamérica fue el territorio mayormente poblado del continente Americano antes del arribo de los europeos. El México prehispánico estaba integrado por un gran número de pueblos en constante lucha por la dominación de los más fuertes hacia los más débiles. A decir de algunos historiadores, la llegada de los españoles y la conquista de México fue relativamente fácil debido a que los españoles reprodujeron el sistema de dominación.
La Corona española no tuvo la intención firme de que los indígenas dejaran sus lenguas para adherirse exclusivamente al español. Respecto al periodo novohispano, se detectó, bajo la evidencia de los trabajos de Héctor Díaz Polanco, que durante el periodo colonial lo que existió fue una política de segregación y que lo que se buscó fue una dependencia en todos los sentidos generando con ello una sociedad de castas.
Es hasta la independencia de México cuando comienza a ser evidente la intención de asimilar a los indios en una sola comunidad cultural. Los criollos se dieron a la tarea de buscar la forma de hacer convivir y conciliar las graves diferencias entre ellos, los mestizos y los indios, con el fin unificar el nuevo país independiente. Hay un elemento simbólico a partir del cual se buscó esta homogeneización, el enaltecimiento y mitificación del pasado indígena. Sin embargo, a la par de la construcción del pasado unificador hay una tendencia a la desaparición de todo lo relacionado en ese presente con lo indígena. Se trató de homogeneizar, incluyendo un elemento de la identidad indígena con el fin de construir una nueva nueva identidad, la identidad nacional, la identidad mexicana.
De esta forma, la mexicanidad nace a partir de una unificación de culturas en las que lo indígena sólo quedó como parte del mito de origen, el mito de la nación heroica, que no estará presente nunca más. El nacionalismo, dice el británico Ernest Gellner, es un fenómeno de la modernidad que tiene como propósito unificar a las sociedades heterogéneas con el fin de favorecer la industrialización, es decir homogeneizar a todas las culturas con la intención de fortalecer la dinámica económica. La preocupación del nacionalismo entonces es la de crear a la nación, siendo ésta, la forma de hacer convivir a las culturas diferentes bajo los mismos valores y proyecto de sociedad. Es posible afirmar que la construcción de la identidad nacional se complementó con la integración de los mitos y símbolos, que son una serie de rituales que permiten la generación de lazos de identidad entre la nueva nación. La mexicanidad entonces es un proyecto de nación, un proyecto del nuevo Estado independiente.
El resultado ha sido una nación mexicana que afirma en el mito su pasado indígena y a la vez lo rechaza en el día a día. Es posible decir que más del 50% de la población comparten fuertes lazos indígenas, desde los elementos fenotípicos hasta los genotípicos. Ser mexicano entonces es la negación de sí mismo, es el limbo entre el pasado y el presente, entre lo indígena y lo español… la mexicanidad es un fuerte problema de identidad, el mexicano rechaza lo mexicano, lo indígena, se asume distinto, de ahí, que Octavio Paz acertara al decir que el mexicano ni acepta, ni rechaza ser mexicano, y en ese dilema se queda solo… solo sin identidad.
@YizusRC**
**Jesús Rivero Casas. Es profesor asistente en la Universidad Nacional Autónoma de México, trabaja temas relacionados con Historia Política, Gobierno y Asuntos Públicos, Multiculturalismo y Rational Choice.
Imagen: Mural de Diego Rivera en Palacio Nacional
