La iniciativa para convertir en deuda pública el pasivo laboral de Pemex y CFE es casi una realidad. Ayer diputados la avalaron con 331 votos a favor y 129 en contra, sólo resta que hoy jueves se le dé el punto final, cuando se vote la Ley de Presupuesto y responsabilidad Hacendaria.
Como recordarán, desde la semana pasada estalló la noticia: por propuesta del PRI y la Secretaría de Hacienda, las obligaciones contractuales de la paraestatal –prensiones, prestaciones a jubilados, pago de liquidaciones, etc-serán pagadas por todos los mexicanos, con todo y que el propio tesorero del sindicato petrolero y también diputado, Ricardo Aldana, reconoce que las deudas de Pemex debieron ser solventadas por la propia empresa –a la que siempre se le destinó presupuesto para ello- pero no se hizo: “¿Quién es el culpable? A lo mejor no lo vamos a encontrar, pues fuimos todos, hasta los que hemos sido legisladores, que no encontramos los mecanismos para darle a Pemex y a CFE recursos para fondear el pasivo”.
Bajo el argumento de que se le dé mayor libertad presupuestal, el rescate que se hará de Pemex y la CFE asciende a 78 años de deuda acumulada: cerca de 1.3 billones de pesos de Pemex y de 500 mil millones para CFE se sumarán a la “deuda pública”. ‘‘Les tengo una noticia, no sólo se va a pagar 9 por ciento del PIB de los trabajadores de Pemex. ¡Va a ser más de ciento por ciento del PIB! Porque no hay un peso para pagar las pensiones en curso de la burocracia nacional, ni las del IMSS. Los sistemas de seguridad social de municipios, estados y universidades ¡están quebrados!’’, señaló Tomás Torres, diputado del PVEM que junto con PAN, PRI, Nueva Alianza, aprobaron la decisión, luego de cuatro horas de “discusión”.
Quienes estuvieron a favor de la iniciativa no presentaron ningún elemento técnico que la respaldará; por el contrario, una y otra vez admitieron “errores” en la administración de los fondos de la paraestatal que hacen insostenible el pago de la deuda, además de abogar por el “respeto a las logros de los trabajadores” de la paraestatal: ‘‘Evidentemente, cuando no se decidió fondear este pasivo fue porque se utilizaron los recursos para otro tipo de cosas. Fue el problema del Legislativo pasado, y de no tener claridad el Ejecutivo de asumir esta responsabilidad y resolverla de manera inmediata’’, reconoció Irazema González del PRI.
A todas luces, el principal problema de Pemex y cualquier otra paraestatal que genere o reciba altos ingresos de la nación no es otro que la corrupción. ¿A dónde se fue todo el dinero que año tras año se debió colocar en el fondo para el pago del pasivo laboral? La respuesta siempre ha estado a la vista. Hoy será un hecho, los mexicanos solventaremos que el dirigente del sindicato de Pemex –y muchos otros igual a él- ‘‘continúe con el derroche del dinero para que su hija viaje en jets privados con sus perritos y su hijo tenga un Ferrari. Estos personajes metieron hasta sus amantes a la nómina para que ahora estén pensionadas con 70 mil pesos. ¡El pueblo de México no puede pagar eso!’’, reclamó el diputado del PRD, Miguel Alonso Raya.
Otra bofetada a los millones de mexicanos que nunca han gozado de los lujos que líderes políticos se dan.