El Papa Francisco es muy buen tipo, por eso le habla por teléfono a la gente para ver qué onda con sus vidas y esas cosas de teléfono y de Papa.
Cuando Francisco no está regañando a Obama y deseando la paz mundial, está hablándole por teléfono a la gente que más lo necesita. El Papa dice que lo hace para que los fieles no se sientan solos y sepan que él es una persona de pueblo. Está claro que si le hablas por teléfono a todo mundo todo el día es porque el mundo se siente solo, no tú,
Stefano Cavizza es un chico italiano de 19 años que le escribió una carta al Papa (jaja, el tipo en serio se sentó y le escribió al Papa… alguien necesita una novia con urgencia) contándole cosas personales de gente deprimente. El Papa decidió que responderle la carta era muy engorroso, después de todo ¿quién escribe cartas hoy en día? Es decir, el Papa nació en 1936, no en el siglo VI o algo así. Por eso se decidió por la vía de los chavos: el teléfono, que le llaman. “Hola, soy el Papa Francisco, tratémonos de tú” escuchó Stefano del otro lado de la bocina. ¿No comenzaba así sus conversaciones Marcial Maciel? Como sea, después del susto inicial de escuchar a un padre tutearte en llamada privada, Stefano agarró confianza. El estudiante declaró al diario local Il Gazzettino “Reímos y bromeamos por ocho minutos. Me dijo que Jesús y los apóstoles se tuteaban [de eso hablaron los 8 minutos]. Me pidió que rezara por él, me dio la bendición y ello me hizo sentir que nacía algo grande en mí.” Sin comentarios…
La llamada al estudiante tuvo lugar esta semana, pero hay muchas otras conmovedoras historias del Papa haciendo uso de las telecomunicaciones. Anna Romano, de 35 años de edad, hizo lo que cualquiera haría si el patán de tu novio te embaraza, te deja y te dice que abortes: le escribió al Papa. El santo obispo se animó, le habló y básicamente le dijo que abortar es del diablo, pero le ofreció bautizar personalmente al niño, tutearlo y todo.
Alejandra Pereyra, una mujer Argentina, fue violada y por eso le escribió un mail al Papa. Él le habló para consolarla, decirle que su mail lo había conmovido mucho y que “quería conocerla personalmente.” Ese definitivamente es el peor final para consolar a alguien que sufrió algo así.
Estos son sólo unos ejemplos de lo que Francisco hace día con día. ¡Tú podrías ser el próximo! Es por esto que Beppe Severgnini, periodista italiano, escribió para el diario Corriere Della una excelente guía para responder adecuadamente una eventual llamada del Papa. Acá te la dejamos, junto con nuestras bendiciones:
a. El Papa Francisco es quizá de las últimas personas que llaman a un número fijo. Por lo tanto, si suena el teléfono de casa, prepárense.
b. Aunque el Santo Padre proponga el tuteo, mantengan el “usted”. Evitar diminutivos como Fran o Paco, porque es inoportuno. Tampoco exclamar ¡Su Santidad! Porque es una obviedad, y no caer en apelativos complicados y/o académicos como “Sumo”, “Magnífico”, “Mega-galáctico”.
c. Escuchar, antes de hablar. No introduzca argumentos.
d. No tenga miedo de ser normales: la ligereza es un don para el papa Francisco.
e. No hablarle de los problemas recientes en el Vaticano: él no tiene la culpa y, ciertamente, ya ocupan muchos de sus pensamientos. Si la charla derivase a los animales, prohibido hablar de “cuervos”.
f. El Papa Francisco tiene sentido del humor. Díganle que eso es una bella cosa, porque la ironía es hermana de la misericordia: permite sonreír y perdonar las imperfecciones del mundo.
g. Denle saludos para Benedicto, eso le gustará.
h. No pidan nada práctico: el Papa es un hombre importante, pero no es un asesor. Si buscan recomendaciones, permisos, concesiones y facilidades, el Pontífice se arrepentirá de haber llamado a un italiano.
i. No terminen ustedes la conversación. Dejen que sea el Pontífice el que decida cuando despedirse. Si la “mamma”, la mujer o el marido, desde la cocina, gritan: “¡Vamos, moviéndose, ya está la comida, colguemos ese teléfono!”, ignórenlos.
