No es sorpresa que figuras que ostentan el poder tengan un oscuro pasado, y como muestra el nuevo Papa, a quien más rápido que rayo cayendo en la Basílica de San Pedro, le encontraron el suyo.
Además de tener un historial más que conservador al mostrarse en contra de matrimonios entre homosexuales y del aborto, el nuevo sumo pontífice tiene en su currículum el haber ayudado con actos represivos al régimen militar de su país.
En la época del régimen totalitario en Argentina (1976-1982), Jorge Mario Bergoglio (ahora conocido sólo como Francisco) colaboró en el secuestro de dos sacerdotes de la Compañía de Jesús, esto de acuerdo a sobrevivientes de ese periodo, además de constar en el libro publicado por el periodista Horacio Verbitsky, titulado “El Silencio”.
Según información publicada en 2010 por el diario argentino Pagina 12, los clérigos Orlando Yorio y Francisco Jalics realizaban tareas sociales en barriadas de extrema pobreza, cuando fueron detenidos clandestinamente por el gobierno de facto y para empeorar su situación Bergoglio les retiró la protección que su orden religiosa les proporcionaba, por ello, ambos sacerdotes tuvieron que soportar un encierro de cerca de cinco meses.
Coincidentemente fue en esa época cuando Jorge Mario Bergoglio ascendió en cargos clericales, llegando a liderar la congregación jesuita local durante el periodo de 1976 a 1979: “La historia lo condena: lo muestra como alguien opuesto a todas las experiencias innovadoras de la Iglesia y sobre todo, en la época de la dictadura, lo muestra muy cercano al poder militar”, señaló en su momento un ex decano de la Universidad de Buenos Aires.
Obviamente hay quienes defienden al nuevo Papa y señalan que, por el contrario, Bergoglio ayudó a varias personas a escapar del régimen militar argentino… así que, ¡Habemus Papam!