Ayer, en medios de comunicación y redes sociales se difundió el caso de un niño de 10 años que recibió un balazo mientras veía una película en una sala del complejo Cinépolis del centro comercial Plaza Ermita.
El caso presenta varias aristas y muy poca claridad, lo que ha propiciado que en las últimas horas surjan varias versiones referentes a lo que realmente sucedió el 2 de noviembre durante la proyección de la película infantil “Ralph El Demoledor”. Una de estas teorías menciona la existencia de un asesino serial.
Y es que Enrique Cuacuas, padre del menor que falleció días después de recibir el disparo, declaró ayer que ha sido informado que han ocurrido otros 4 asesinatos similares en ese mismo cine. Esta afirmación la hizo en una entrevista que le realizaron ayer por la tarde en el programa “Triple W”, transmitido por W Radio.
Para escuchar el audio (minuto 16 con 40 segundos), da clic aquí.
Después reafirmó su comentario al salir de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), donde ante varios medios declaró:
“(Exijo) Que evidentemente el cine asuma su responsabilidad porque si ya van cuatro asesinatos y no pasa nada y siguen operando es que ellos están obrando de otra manera”, comentó citando al Ministerio Público de Iztapalapa, como la dependencia de donde obtuvo esta información.
Hace unos momentos, Pablo Jiménez, director jurídico de Cinépolis, acaba de declarar que “En el mes de marzo de 2012, tuvimos un incidente, también de cierta manera difícil de explicar, que tampoco terminó en una averiguación previa para la que hubiéramos sido requeridos (…) Una persona que recibió una herida en un pie, que no pasó a mayores, a esta persona se le pagaron los gastos médicos, que no fueron más de 2 mil 200 pesos, para dimensionar un poco la gravedad del asunto, y hasta ahí quedó .”
Jiménez dijo desconocer si esta herida había sido causada por un arma de fuego.
Algunos medios incluso han desarrollado todo un Modus Operandi alrededor de este supuesto asesino serial. Sin embargo, consideramos irresponsable darle cabida a información que aún no está comprobada. Lo único cierto es que el padre declaró que según fuentes policiacas han ocurrido otros casos similares en el mismo cine.
Esto nos sigue generando más dudas… de existir, ¿por qué nunca se supo nada de esos incidentes? Resulta un tanto incomprensible que habiendo tantas personas que cargan teléfonos con cámaras y acceso a la red social no haya habido ni una réplica o foto al respecto, tanto del incidente del pasado 2 de noviembre, como el de los otros supuestos ataques.
Recordemos que en el caso de la agresión a Salvador Cabañas en el Bar-Bar las imágenes captadas por las cámaras de seguridad aclararon en buena medida lo sucedido. ¿Dónde están las cámaras de seguridad de este complejo? ¿Por qué en el caso del Bar-Bar el local fue cerrado inmediatamente y en el caso del Cinépolis de Plaza Ermita, apenas hoy acaban de cerrar la sala en donde sucedió el incidente?
Otras versiones apuntan a que el niño en realidad fue alcanzado por una bala perdida, ya que en esa fecha, en el barrio en el que se encuentra este centro comercial se celebraba una fiesta popular en la que se acostumbra a lanzar disparos al aire. Por otro lado, esta teoría se contradice con los primeros reportes forenses que apuntan que el arma fue disparada a una distancia de entre 1.5 y dos metros de la zona parietal derecha del menor.
Otra constante es que el manejo de este caso es una cortina de humo para cubrir la aprobación de la Reforma Laboral que podría definirse hoy.
Por lo pronto, y para no variar en nuestro México, las preguntas no dejan de surgir y las respuestas brillan por su ausencia.
Mientras tanto, les compartimos el más reciente comunicado de Cinépolis al respecto:
