Después de dos días en Cumbre Tajín ya traíamos algo de cansancio acumulado, pero después de la locura que fue ver a los Flaming Lips e Incubus -y agarrando de pretexto que era 21 de marzo- creímos que lo mejor que podíamos hacer era sacarle provecho al otro lado del festival, al que es todo lo opuesto al bullicio, la fiesta y el ruido. Tomamos nuestras cosas y nos fuimos al Nicho de la Purificación.
Este espacio es uno de los que vuelve único a Cumbre Tajín, ayuda a acentuar el contraste entre la algarabía y el equilibrio, aspectos presentes constantemente durante estos cinco días de festejo. Dentro del Nicho de la Purificación, una mezcla de curanderos, sobadores, rezanderos y temazcaleros comparten sus conocimientos por medio de consultas, tratamientos, limpias, sesiones grupales e individuales de sanación y purificación con el objetivo de proporcionar bienestar físico y equilibrio espiritual a sus visitantes.
Desde las once de la mañana uno puede ir a escoger entre un masaje maya, sueco, antiestrés, a cuatro manos, una terapia de balanceo energético, una limpia con un chamán del Perú, una curación con obsidianas o un temazcal -por mencionar algunos- y desconectarse de todo lo que está pasando afuera. Los muros de la cabaña donde eres recibido te informa sobre la especialidad y los métodos de cada uno de maestros que participan dentro del nicho, al igual que los precios de los masajes y terapias, los cuales van desde 150 hasta los 500 pesos por persona. Cabe mencionar que los espacios son muy solicitados, y ayer, siendo un día en el que la gente busca “cargarse de energía” y recibir la primavera de la mejor forma, había que hacer cita para poder pasar al nicho.
Nosotros decidimos entrar a una de la pláticas de “meditación y rezo” que se imparten dentro de los confines del Tipi Lunar, y la experiencia fue maravillosa. Pasar al Nicho de la Purificación es como entrar a un pequeño mundo dentro del festival; el ruido baja, la gente disminuye y gracias a esto, se respira otro ambiente. El olor a copal, flores y agua caliente te transportan a un lugar mucho más alejado del que realmente estás. Personalmente no habíamos notado lo acelerados que estábamos hasta el momento en que llegamos al tipi, nos quitamos los zapatos, nos sentamos frente al pequeño altar coronado con velas y la tranquila charla con nuestra maestra del día nos lo hizo notar. En todo momento se te dice que la plática no trata de religión, sino de espiritualidad, del contacto entre tú, tus pensamiento y tu sentir. Es un pequeño lugar donde entrar en contacto contigo mismo, para así entrar en contacto con tu entorno de una mejor manera.
Sería difícil entrar en detalles sobre las enseñanzas que se nos compartieron dentro del Tipi Lunar, es una experiencia que resulta diferente para cada persona, pero lo que sí les podemos decir es que vale la pena vivir la experiencia. Por simbólicos 50 pesos, nos pudimos relajar por casi dos horas dentro de un espacio que difícilmente podemos encontrar en la ciudad y aprendimos cosas que valen mucho más que el dinero que pagamos.
Por respeto al espacio de trabajo y la armonía del lugar no pasamos cámaras al interior del recinto, pero no podemos dejar de recomendarles que visiten el Nicho de la Purificación y lo vean con sus propios ojos. Probablemente las enseñanzas que se comparten ahí sean demasiado como para asimilarlas en un sólo día, pero si uno va con la mente abierta definitivamente se traerá de regreso mucho más de lo que se puede imaginar.
Fotos: Rodrigo Jardón