Eso sí, seguramente ninguna de sus anécdotas sobre ‘malacopas’ le gana a la de esta nota, protagonizada por los asistentes a dos bodorrios en Estados Unidos, en donde, debido al maldito vicio de la tomadera, todo terminó en un zafarrancho.
Resulta que este domingo por la madrugada se celebraban dos bodas en el lujoso hotel Sheraton Society Hill de Filadelfia. Cada fiesta transcurría en su respectivo salón de eventos. De repente, pasada la 1 de la mañana, y según relatan testigos, hubo un pleito en el bar, ubicado en el vestíbulo del hotel.
Aun no se saben las causas exactas que detonaron el mitote, pero como los invitados de ambas bodas ya andaban jaladones, pues comenzaron a insultarse. Seguramente fue el típico:
-‘¿qué me ves güey?’
-¿‘qué de qué’?
-¿Pues qué?
-¡pues lo que quieras!
-Pues órale, déjese venir
Y ahí comenzó el relajo. Empujones, señores trajeados empujándose y dándose de trompadas, señoras con sus vestidos elegantes berreando y la policía agarrando parejo a macanazos a los invitados de las dos bodas. Estos hechos hubieran pasado desapercibidos, de no ser porque uno de los huéspedes del hotel salió muy enojado de su cuarto y comenzó a grabar lo que pasaba, eso sí, sin dejar de quejarse que era su cumpleaños y que tenía derecho a dormir tranquilo.
Aquí este momento inolvidable:
Hasta parecía programa de televisión conducido por Carmen Salinas. Querían verse muy elegantes haciendo su boda en un hotel muy ‘popof’ y todo terminó como boda de pueblo.
Las cosas se salieron tan de control, que el tío de una de las novias sufrió un ataque al corazón y terminó tirado afuera del hotel. Fue llevado al Jefferson University Hospital, donde a las 02:51 de la madrugada fue declarado muerto. Tenía 57 años, ya no estaba en edad de andar en estos mitotes.
La policía detuvo a cuatro personas y ya realiza las investigaciones para deslindar responsabilidades. Mientras, culpan a las grandes cantidades de alcohol que corrieron en el agasajo nupcial.
Aquí otro video, en el que vemos la ambulancia donde se llevaron al tío, a una de las novias que no sabe ni qué onda y a varios invitados desfajados y despeinados, cual niños de primaria después de la hora del recreo.
¡Sin duda, de los momentos más mala copa que he visto!