La investigación del caso de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa comenzó desde cero con la entrada en funciones de la FGR (Fiscalía General de Justicia, antes PGR). La verdad histórica que ofreció Jesús Murillo Karam ha sido descartada de manera oficial. Ahora queda un nuevo camino que lleva, por lo pronto, hacia José Ángel Casarrubias Salgado, el Mochomo.
Al menos eso ha explicado el gobierno de AMLO. En los últimos días de junio y primeros de julio 2020, el Mochomo ha sido protagonista de las portadas de los periódicos.
También ha sido tendencia en redes —no sólo por su detención, si no por el proceso que ha vivido en los últimos días, cuando una juez federal ordenó su libertad y de inmediato fue detenido de nueva cuenta por agentes de la FGR.
¿Qué sucedió ahí?, ¿por qué las autoridades acusan corrupción en la liberación del Mochomo? y ¿por qué la FGR insiste en detener a José Ángel Casarrubias?
Guerreros Unidos
El Mochomo es considerado por la FGR como el líder de Guerreros Unidos —o lo que queda de la organización criminal que fue fundada en 2011 por Cleotilde Toribio Renterias, alias el Tilde, tras el debilitamiento del cártel de los Beltrán Leyva.
El auge de la operación de Guerreros Unidos se registró entre 2011 y 2016, cuando este minicártel se dedicó al tráfico de droga —heroína blanca— y otros delitos como el secuestro, la extorsión o el cobro de cuotas en la región de Morelos y Guerrero.
Y en esta historia, ¿dónde entra el Mochomo?
Se sabe que los líderes de Guerreros Unidos no permanecían por mucho tiempo al frente del grupo. Tras la detención del Tilde en 2012, el liderazgo de esta organización criminal fue inestable.
Una de las figuras que saltó para tomar su lugar fue Mario Casarrubias, el Sapo Guapo, hermano del Mochomo.
El Mochomo y los hermanos Casarrubias
Los hermanos Casarrubias fueron pieza clave en la operación de Guerreros Unidos. Junto con el Tilde, Mario Casarrubias es considerado como fundador de este cártel.
A su vez, Mario fue cobijado por sus hermanos Sidronio, Adán alias el Tomate y el Mochomo —originarios del municipio de Teloloapan— para operar el tráfico de droga y otros delitos en Guerrero y Morelos.
También se maneja la versión de la existencia de otro hermano, quien supuestamente era teniente de la Sedena, pero que tras la captura de Sidronio, el ejército decidió reservar su historial.
De acuerdo con Proceso, los Casarrubias Salgado crecieron bajo la sombra y amparo del cártel de Sinaloa y su incursión en el narco lo reflejó.
Los hermanos también están presuntamente vinculados con la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos.
El caso Ayotzinapa
Con el tiempo, cada uno de los hermanos fue cayendo — por delitos como delincuencia organizada, portación de armas de fuego para uso exclusivo del ejército, secuestro o tráfico de droga— y el Mochomo quedó como líder del ya casi desarticulado Guerreros Unidos.
En 2015 la ya desaparecida PGR ofreció una recompensa por 1.5 millones de pesos por el Mochomo. ¿Por qué?
Guerreros Unidos fue señalado por coordinar la desaparición de los estudiantes —la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero.
De acuerdo con las autoridades, Guerreros Unidos se encargó de la desaparición de los normalistas junto con la policía municipal de Iguala, Huitzuco y Cocula.
En entrevista para Pie de Página, el abogado de los papás y las mamás de los 43 explicó que cuando sucedieron los hechos, el Mochomo era el líder principal de Guerreros Unidos.
“Él dirigía, él ordenaba y toda la prueba recabada nos indica que él era el que estaba al frente del grupo delictivo“, aseguró Rosales.
Esta es la razón por la que la PGR ofreció una recompensa por información que lo llevara a su captura. El Mochomo es el único de los hermanos Casarrubias señalado de manera oficial en el caso Ayotzinapa.
De acuerdo con Vidulfo Rosales, del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, el Mochomo podría dar información relevante para conocer la ubicación de los normalistas desaparecidos.
¿Y el caso de corrupción?
El 24 de junio José Ángel Casarrubias Salgado fue detenido en el Estado de México por el presunto delito de delincuencia organizada.
La FGR planeaba utilizar esta detención para indagar sobre el caso Ayotzinapa. Pero poco duró el gusto cuando el 1º de julio el Mochomo fue liberado por fallas en el proceso.
“En el Juzgado Segundo de Distrito de Procesos Penales Federales del Estado de México le decretaron auto de libertad negándole valor a pruebas que se presentaron y que fueron admitidas en 2014, y que eran válidas en el sistema vigente en ese momento, dejando de revisar 21 pruebas aportadas”, explicó la Fiscalía.
¿Qué siguió después? La promesa de solicitar una nueva orden de aprehensión en contra del Mochomo por otros delitos.
Ahora, José Ángel Casarrubias permanece arraigado y la Fiscalía acusó corrupción en su liberación. ¿Cómo? La FGR filtró a medios una conversación donde se escucha a la mamá del Mochomo y a la defensa negociar un moche para conseguir la libertad del capo.
Hasta el momento no se ha esclarecido si el Juzgado Segundo de Distrito de Procesos Penales Federales del Estado de México recibió el soborno para dejar en libertad a José Ángel.
El Consejo de la Judicatura Federal (CJF) presentó una denuncia por este hecho e inició una investigación —a la par de la FGR— para averiguar quién recibió el presunto soborno de la familia del Mochomo.
