Hace poco dimos a conocer que México era el segundo consumidor de refrescos en el mundo. Ahora, estudios realizados por El Poder del Consumidor (EPC) develan importantes datos sobre este problema.
Xaviera Cebada, coordinadora de salud nutricional de EPC, señaló que han identificado que en las comunidades rurales es donde más se consume refresco, situación que afecta principalmente a los niños, ya que 70% de esa población desayuna con bebidas gaseosas.
“En las familias más pobres del país el consumo de refrescos se ha incrementado en 60 por ciento, y en las más ricas en 45 por ciento en los últimos 14 años. Y lo más dramático: el consumo de frutas y verduras bajó en un 30 por ciento en ese periodo”, indica la investigación Impacto de la presencia de comida chatarra en los hábitos alimenticios de niños y adolescentes en comunidades indígenas-campesinas de la región Centro-Montaña Guerrero.
Alejandro Calvillo, director de EPC, abundó en el tema al indicar que “el gasto promedio en toda la población mexicana en refrescos es mayor a lo que gastan en frijoles o en huevo o en tortilla. Y en las comunidades rurales los datos son peores, pues ya casi toda la hidratación se está haciendo a través del refresco, y esos niveles de consumo de azúcar están destruyendo la salud de esa población”.
Si bien el refresco tiene un alto impacto negativo en la salud de quien lo consume, ya que está directamente asociado a la obesidad, el sindrome metabólico y la diabetes, Marcos Arana, investigador del Instituto Nacional de Nutrición, aseguró que el problema tiene otra vertiente, ya que la forma en que se promociona a los refrescos en estas zonas del país es no etica: tienen “un precio más bajo en las comunidades indígenas en un 35% en promedio”.
Al respecto pueden tomarse declaraciones de la directora de Comunicación Corporativa de Coca-Cola México, Soledad Izquierdo, en las que rechaza que la estrategia de la compañía se enfoque a alguna zona o grupo poblacional en particular.
“Tenemos una arquitectura de precio que está basada en tres variables: que sean accesibles, que sean aceptables nuestros productos y asequibles para los consumidores en cada una de las ocasiones de consumo”.
En conclusión, la población va a consumir todo lo que se le ofrezca con mayor facilidad y sobre todo accesibilidad. El caso de los refrescos sólo ejemplifica que la falta de diversidad en la oferta “orilla” al público a excederse en el consumo de sólo uno…y claro, todo exceso daña.
Vía: promocion.salud.gob.mx y Excélsior