Sabemos que entre nuestros visitantes hay lectores asiduos que literalmente devoran los libros. Pero cuántos de nosotros hemos dejado “para después” un título que nunca terminamos de leer.
Para no dejar un libro esperando a ser leído en nuestra mochila o en el buró junto a la cama, una casa editorial de Argentina –Eterna Cadencia- ha lanzado una novedosa idea: que el texto de la obra desaparezca (literalmente) a los 60 días de ser abierto.
En México como en Argentina el problema de la falta de lectura es notable, y por ello se ha creado este proyecto nombrado “El libro que no puede esperar”.
Bastante aceptada ha sido esta idea, ya que sólo en su primer tiraje se agotó el stock, por lo que se planea en breve realizar uno nuevo. Además son muchos los escritores a los que les ha fascinado la idea de que su escritura tenga una fecha de caducidad.
Muchos podrían decir que la lectura es un placer que se practica cuando se siente necesario… pero pensemos qué actividades “innecesarias” hacemos en lugar de darle una leída a un texto.
¿Qué les parece esta nueva forma de presentar libros?