Los jardines pueden fungir como una atracción para representar la belleza de un lugar o también para salvaguardar especies botánicas o estudiarlas.
Desde los míticos jardines de Babilonia hasta los del Palacio de Versalles, muchos han sido dignos de admiración. El Alnwick Garden en Inglaterra es uno de ellos. Extensiones de tierra llenas de coloridas flores como rosas, jardines ornamentales, fuentes y cascadas.
Sin embargo, detrás de una puerta de hierro, hay un jardín prohibido para los visitantes: The Poison Garden, donde viven 100 plantas venenosas capaces de matar a cualquiera.
En 1995 Jane Percy se convirtió en la duquesa de Northumberland, junto con el título venía el castillo de Alnwick y los jardines. Con el fin de mantenerla entretenida, su esposo le encomendó la tarea de dedicarse a arreglar los jardines.
Un año después, la duquesa contrato a Jacques Wirtz, un arquitecto quien le ayudo a reconstruir los jardines. Actualmente cuenta con 14 acres (48 mil 562 metros2) y recibe 600 mil visitantes al año.
Después de una visita al jardín venenoso de los Medici en Italia, decidió que quería uno parecido, un jardín con plantas que en vez de sanar, mataran. Así comenzó la búsqueda de cada planta, juntando 100 con historias extraordinarias sobre sus propiedades para matar, como el seto de laurel que muchas personas no saben que es peligroso.
A pesar de que se permite el acceso al jardín, se tiene prohibido tocarlas, olerlas o ingerirlas. A pesar de esto, algunas personas han sido víctimas, muchas se desmayaron por oler algunas exhalaciones de las plantas.
Dentro de esta área también hay cocaína y cannabis plantado, esto con la finalidad de apoyar la educación en cuanto al tema de drogas.
Otras plantas como la Brugmansia o Trompeta de Ángel de la familia de Solanaceae es un increíble afrodisíaco y después te mata, su uso fue muy popular durante la era victoriana. A esta misma familia pertenece la Belladona.