Nuevamente el gobierno de Canadá negó la extradición a México del líder de los mineros, Napoleón Gómez Urrutia y sobre quien pesa una orden de aprehensión por el desvío de 55 millones de dólares del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana (SNTMMSRM) a sus cuentas personales.
La historia de Gómez Urritia es polémica porque jamás ha sido minero. Estudió economía en la UNAM y posgrados en las universidades de Oxford y Berlín y en 2002 heredó el cargo como líder minero, tras la muerte de su padre Napoleón Gómez Sada, quien estuvo al frente del sindicato desde 1962.
En 2006 “Napito”, como le dicen los mineros, huyó a Canadá, cuando el gobierno del entonces presidente Vicente Fox comenzó lo que él llama “una persecución” en su contra, por no haber aceptado una negociación contraria a los intereses de sus agremiados después de la explosión en un mina ubicada en Pasta de Conchos en Nueva Rosita, Coahuila, en 2006, donde murieron 67 mineros.
Ya para 2008 Napoleón Gómez fue releecto por los mineros como su líder, pero el gobierno del presidente Felipe Calderón le negó la toma de nota, sin embargo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, le concedió un amparo para otorgarle la toma de nota como secretario general del sindicato minero en el periodo 2008-2013.
Nuevamente en 2012, la Secretaría de Trabajo a cargo de Javier Lozano, intentó quitarle el liderazgo del sindicato minero, pero Corte le otorgó, otra vez, protección al líder sindical para ser ratificado al frente del cargo, lo cual molestó al secretario del ramo porque aseguraba que Gómez Urrutia no cumplía con el perfil requerido por ley: haber sido trabajador minero por cinco años continuos previos a la fecha de la elección como lo requiere el Artículo 42 fracción II de los Estatutos de esa organización sindical.
En respuesta, Gómez Urrutia demandó penalmente al exsecretario de Trabajo, Lozano Alarcón, por “fabricar un conflicto” gremial y éste muy fiel a su estilo respondió: me muero de la risa.
El pasado 22 de abril el Primer Tribunal Unitario en Materia Penal del Primer Circuito del DF confirmó la orden de aprehensión contra Gómez Urrutia, lo cual motivó a la PGR a solicitar a la Interpool que emitiera la ficha roja para su localización, la cual ocurrió esta tarde.
Con este antecedente, Gómez Urritia en la sesión inaugural de la 38 Convención General Ordinaria del gremio celebrada en mayo de este año, señaló que la persecución en su contra es ridícula porque las autoridades mexicanas saben dónde está.
“Aquí estoy esperándolos…aquí han venido funcionarios públicos de primer nivel, incluso la propia Secretaria del Trabajo a hablar conmigo, incluso senadores y diputados”
Aunque parezca irónico el pasado 12 de junio, a Napoléón Gómez Urrutia le fue otorgado el Premio Internacional Arthur Svensson por la Defensa de los Derechos Sindicales, que otorga la organización “Industri Energi”, el cual fue recibido por su esposa en Oslo, Noruega.
La actual situación migratoria de Gómez Urrutia es de exiliado político, amparado por una visa humanitaria, que tramitó de 2008 ante el gobierno de Canadá, por considerar que es víctima de una persecución política. Actualmente vive en un condominio valuado en casi 1.8 mdd en una exclusiva zona de Vancouver.
Aunque su abogado, Marco del Toro, reitera que los 55 millones de dólares “supuestamente desviados” por Gómez Urritia están íntegros en los fondos sindicales, los disidentes señalan lo contrario.
Carlos Pavón Campos, dirigente del Frente de Renovación Nacional del Sindicato Minero (FRNSM) señaló que el líder minero compró a uno de sus hijos una casa con recursos de los mineros.
“En 1992, Gómez Urrutia le compró una casa a su hijo Ernesto, está registrado y tenemos la información, costo 1 millón 300 mil dólares”
Y pues, aunque no haya sido minero a Napoleón Gómez Urrutia también le dio por escribir y publicó el libro “El colapso de la dignidad”, donde relata lo acontecido en Pasta de Conchos y el cual fue catalogado como “best seller” por el diario The New York Times.