Como dicen las abuelitas ‘en todos lados se cuecen habas’. No sólo en México tenemos energúmenos como las Ladies de Polanco o el Gentlemen de Polanco, quienes al menor enojo o frustración arrasan con lo que encuentran a su paso. Un tenista chipriota nos demostró que para ponerse loco y contradecir la teoría de la evolución de Darwin cualquier lugar es bueno.
Resulta que Marcos Baghdatis jugó ante el suizo Stanislas Wawrinka en el marco de la segunda ronda del Abierto de Australia. A pesar del apoyo del público, Baghdatis fue derrotado por Wawrinka. Quizá el juego y el resultado hubieran pasado desapercibidos si no hubiera sido porque tras perder un servicio en el tercer set, el buen Marcos aprovechó un descanso para enloquecer y desahogar su frustración de verse abajo en el marcador.
Le bastaron sólo 25 segundos para destrozar cuatro de sus raquetas mientras la gente del estadio lo miraba sorprendida. Por berrinchudo fue amonestado por el árbitro.
Échale un ojo a su reacción:
Ya ni yo me ponía así cuando jugaba con mi juego de bádminton Mi Alegría y no le daba al gallito (que brillaba en la obscuridad) con la raqueta.