Ni en el guión de la mejor película de futbol hubiéramos encontrado este desenlace tan, pero taaaan espectacular. Ni siquiera en la de Gol, los únicos que se le acercarían serían Los Supercampeones.
El pasado fin de semana, se jugó la vuelta de una de las semifinales del repechaje en la Segunda Divisón inglesa, la First Division, en donde el Watford recibió en el Vicarage Road al Leicester City, que había ganado la ida por 1-0.
Ahora, los “Hornets” (por su uniforme amarillo), dirigidos por Gianfranco Zola, debían salir a ganar para conseguir un lugar en el repechaje final para la búsqueda de un lugar en la Liga Premier, luego de los descensos del Wigan, Reading y el Queens Park Rangers.
El inicio del cotejo fue para los locales, quienes se adelantaron en el tanteador gracias a Matej Vydra, pero la alegría les duró poco, ya que David Nugent anotó el empate. Todo el estadio se pasmó, ya que con ese marcador los “Foxes” darían el salto al partido final.
No obstante, en el segundo tiempo y de nueva cuenta, Matej Vydra consiguió el 2-1, pero no era suficiente, pues el gol de visitante tenía un valor “doble” y debían ir por uno más. Los minutos transcurrieron y el partido se alargó hasta el minuto 95 y parecía que “todo se derrumbó” (tono Emmanuel), ya que el árbitro pitó un penal en favor del Leicester.
Anthony Knockaert se paró frente a la pelota y desde los once pasos retó al experimentado y ex portero del Arsenal, Manuel Almunia. Sonó el silbatazo y… ¡lo falló! Almunia lo atajó y hasta el rebote, el cual propició un contragolpe para el Watford.
En menos de cinco segundos ya estaban del otro lado de la cancha y luego de un centro desde la banda derecha, Troy Deeney, el goleador de los locales conectó una volea y clavó el tercero (3-1). El árbitro decretó el final del encuentro y todo fue una fiesta.
¿No creen que haya pasado así? Chequenlo:
Por cierto, ahora el Watford se enfrentará al ganador del duelo entre el Brighton and Hove Albion de Gustavo Poyet y el Crystal Palace
