En una época en donde el mundo enfrenta a sus peores demonios como la discriminación y la xenofobia; en una época en donde los seres humanos nos encontramos en una lucha constante para reclamar y defender los derechos civiles, nos encontramos con la muerte de dos grandes iconos, no sólo de la cultura popular, sino también de la lucha contra los prejuicios raciales y religiosos.
En menos de 50 días, el mundo ha perdido a Prince y Muhammad Ali, dos hombres que dedicaron gran parte de su vida a la lucha por los derechos civiles y que en 1997 unieron fuerzas para realizar un concierto benéfico cuyo dinero, fue donado a organizaciones civiles de todo el mundo, dedicadas a promover la tolerancia religiosa y cultural.
El proyecto, pretendía ser el primero organizado por The Muhammad Ali World Healing Project y se llevaría a cabo en la Ciudad de Los Ángeles el 9 de Octubre de 1997, con una alineación encabezada por Prince – en aquel entonces simplemente conocido como ‘El Artista’- Lenny Kravitz, LL Cool J, Tony Rich, Sheryl Crow y Celine Dion.
Y fue justamente en la conferencia de prensa para anunciar el proyecto, cuando estas dos leyendas se encontraron por primera vez.
“Muhammad quiere que su legado sea el de la tolerancia y el entendimiento entre las personas, inspirando a la gente a tratar a los demás con dignidad y respeto”, fueron las palabras de Lonnie Ali, quien habló en nombre de su marido, quien en aquel entonces ya era seriamente afectado por el Alzheimer.
Por su parte, Prince declaró
“Mi amigo Lyndel McMillan called me llamó hace un par de días y me dijo: “Muhammad Ali quiere que..” ni siquiera lo dejé terminar; Muhammad es mi héroe y lo ha sido desde que era niño. Como pueden ver, ha sido una inspiración para muchas personas”
El concierto, contaba con la ‘simpatía’ del entonces presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, quién pese a las peticiones, nunca se quizo comprometerse a participar en él.
Pese a las buenas intenciones, el concierto nunca se pudo realizar, debido a que la naturaleza del mismo (una plataforma que daba voz a la lucha contra los prejuicios raciales y religiosos en Estados Unidos) provocó que las cadenas de televisión que en un principio habían aceptado participar y transmitir el evento, decidieron “cambiar de opinión” al último momento, temiendo algún tipo de confrontación con el ala conservadora de Estados Unidos, lo que hubiera significado la pérdida de muchos patrocinios y por consiguiente muchos millones de dólares.
19 años después, la lucha contra los prejuicios religiosos y raciales está más viva que nunca, y por azares del destino, en algún lugar del universo, estas dos leyendas se han vuelto a encontrar.
Descansen en Paz.