El día de hoy han pasado 44 años sin la guitarra mágica, la voz y la presencia terrenal de Jimi Hendrix. Hemos sobrevivido a su ausencia gracias a las cientos de grabaciones que existen y siguen saliendo de el músico de Seattle, pero nos sigue pesando que no tengamos más de lo que pudo ofrecer a través de las décadas que siguieron a su muerte.
Las circunstancias en que murió Jimi Hendrix, el más grande guitarrista de todos los tiempos, nos dejan un cierto sentimiento de frustración tras enterarnos que todo fue causa de un accidente. La versión oficial dice que Hendrix estaba quedándose con su entonces novia Monika Dannemann en el hotel Samarkand de Londres. Ella cuenta que Jimi estaba trabajando en canciones para un nuevo álbum, bastante experimentales, quería ingresar nuevos sonidos a su música con saxofonistas y otros instrumentos que, hasta entonces, no había utilizado. Igualmente estaba pensando en ideas para cambiar su imagen de “hombre salvaje” e hizo que Monika le tomara algunas fotos en un jardín vestido con saco, una tetera y su inseparable Fender Stratocaster.
Al día siguiente Jimi tenía una apretada agenda así que se fue a dormir temprano, pero a las 4am despertó agitado, insomne así que quiso tomar dos pastillas para dormir (Vesperax), pero Monika le sugirió que no las tomara y ambos se quedaron platicando hasta las 7:00 AM hasta que a ella la venció el sueño mientras Hendrix le hablaba sobre sus planes futuros. A las 10:20 AM Monika despertó y aunque trató de seguir durmiendo ya no pudo conseguirlo, así que se levantó, fue a la cocina y preparó el desayuno. Hendrix seguía dormido, así que ella lo dejó dormir para que estuviera fresco por toda las actividades que le esperaban, mientras tanto, se fue a comprar cigarros. Cuando Monika regresó fue a ver si Jimi había despertado ya y notó una sustancia que salía de su boca, intuyó que algo estaba raro así que trató de despertarlo, pero no pudo por más intentos que hizo. De pronto, se dio cuenta que estaba parada sobre alrededor de 40 somníferos, de los cuales dedujo que Jimi había ingerido 10 (la policía después concluyó que habían sido sólo nueve). Monika llamó una ambulancia y al llegar, los paramédicos le dijeron que Hendrix simplemente estaba en un sueño muy profundo, noqueado por las pastillas y que pronto se repondría. Sin embargo al llegar al hospital el corazón de Hendrix dejó de latir, pues en el trayecto sus pulmones se inundaron de vómito y no pudo respirar más.
Por supuesto, como con todas las superestrellas de la música, se desataron muchas teorías de conspiraciones truculentas sobre su muerte. Por ejemplo Eric Burdon, cantante de los Animals y amigo del guitarrista, aseguraba que Jimi Hendrix se había suicidado, a pesar de que poco antes había declarado haberlo visto de muy buen humor. También se dice que el gobierno lo quitó de en medio pues le inquietaba su asociación con los miembros del partido Black Panther, quienes clamaban por la supremacía de la raza negra y la influencia de Hendrix podría causar revueltas desastrosas para los hombres en el poder.
Otros dicen que dejó un mensaje de voz en la contestadora de su entonces manager, Mike Jeffery, diciendo “necesito ayuda urgente” pues una pandilla de tipos rudos lo habían secuestrado por tres días, hasta que “milagrosamente” Jeffery apareció a rescatarlo (una puesta en escena, dicen muchos, fraguada por el propio manager para volverse indispensable pues el músico no estaba contento con él y amenazó con despedirlo alguna vez pues, pues se quedaba con 60% de las regalías, mientras Jimi increíblemente sólo percibía el 3%). Una más dice que este mismo manager ordenó que asesinaran a Jimi tras hacer que éste lo nombrara beneficiario de un seguro de vida por 2 millones de dólares y decirle que ahora “valía más muerto que vivo”. Así que mandó a unos gangsters a su casa, quienes sometieron a Jimi y lo forzaron a tomar los somníferos con vino tinto hasta que se ahogó. Esta teoría sustenta otra del forense que examinó el cadáver de Jimi, quien dice que el cuerpo estaba prácticamente inundado de vino tinto, que jamás en su vida había visto semejante cantidad en un cuerpo, al grado de tener inundado desde el estómago hasta la tráquea y “casi el equivalente a una botella empapándole el pelo”. Quizás nunca sabremos la verdad sobre la muerte de Jimi pues la única testigo presencial, Monika Dannemann se suicidó en 1996 (lo cual desató nuevas sospechas de que quizás “sabía demasiado”).
Zurdo, negro (afroamericano, para usar el término políticamente correcto), extravagante, innovador, con un estilo de tocar basado en el Blues pero llevado a niveles nunca antes escuchados, Hendrix tiró del trono al propio Eric Clapton, quien hasta entonces era calificado como Dios. Bastó palomear “Killing Floor” con Cream, a una velocidad inaudita para que un perturbado Clapton le espetara al manager de Hendrix, Chas Chandler (ex-bajista de los Animals) “¡¿siempre es así de bueno?!”. Jeff Beck iba saliendo de un club donde tocaba Jimi y se encontró con Pete Townshend de The Who, quien iba llegando a ver al nuevo fenómeno. Beck le dijo a Pete “es muy bueno, lástima que se esté robando tu show”. Y es que Hendrix aparte de tocar como nunca nadie, también tenía la costumbre de tocar con los dientes, de espaldas, pasar la guitarra por todos lados, usar retroalimentación de su amplificadores y destruir su guitarra o incendiarla. Convirtió a la guitarra eléctrica en un nuevo instrumento de posibilidades infinitas.
Así es, Jimi Hendrix vino a sacudir el panorama musical de los 60 y a poner a temblar a todos los guitarristas que se pusieran en su camino. Algunos dicen que fue mejor que Hendrix se haya muerto a los 27 años, en la cúspide de su carrera. Otros claman que nos perdimos de los trabajos más interesantes que aun podía haber creado (se rumoraban acercamientos con el radical jazzista Miles Davis). Lo cierto es que Hendrix vive, aunque ya no esté encarnado en este valle de lágrimas con nosotros.
Jimi Hendrix fue el mejor guitarrista del mundo simplemente porque quiso serlo y estuvo listo para ello.
FB: IvanNieblas
