Y ahora, una de esas notas que hacen que se nos contraigan las tripas del coraje. Resulta que el perredista Mauricio Toledo Gutiérrez, delegado de Coyoacán, fue ventaneado por exigir una “módica mordida” de 1.6 millones de pesos, todo para no clausurar una obra en construcción.
La denuncia fue hecha por el abogado Rodolfo Reus, representante legal de Inmobilaria EGZN Arquitectura, empresa encargada de la construcción del conjunto Torre Céfiro, de 120 departamentos repartidos en 5 torres ubicadas en Céfiro 120, Colonia Insurgentes Cuicuilco.
Esta inmobiliaria, por cierto, es propiedad del empresario Gazi Nacif, hermano de Kamel Nacif.
De acuerdo a Reforma, el 23 de enero pasado, Édgar Nacif solicitó un permiso a la demarcación para instalar 51 cabinas de internet gratuito, y pantallas LED para vender publicidad.
Reus detalló que al inicio, Toledo Gutiérrez les pidió 800 mil pesos, que según él, se destinarían para colocar cámaras de videovigilancia y pintar los edificios de enfrente de la torre, para así evitar posibles quejas de los vecinos por la construcción.
Para el 15 de febrero, el delegado de Coyoacán comentó que el dinero no le alcanzaba y duplicó la cantidad requerida a 1.6 millones de pesos. De lo contrario, se procedería a la clausura de la construcción.
Lo anterior se supo mediante mensajes de una conversación sostenida entre Toledo Gutierrez (PIN 28C73C6D) con Rodolfo Reus por medio del servicio BlackBerry Messenger:
–Voy a necesitar más dinero porque no alcanzó para las obras de la gente, urge para hoy.
–Anda de viaje Gazi (Nacif ) y creo que no se vale, pero tú sabes lo que haces y las consecuencias, creo que no sabes con quién estás abusando.
–Dime sí o no, esto es muy fácil.
–Creo que te estás aprovechando por el tema de las casetas de Internet, yo no le voy a echar a perder su viaje a Gazi con un tema tan delicado y no me has dicho de cuánto hablamos.
–800 mil extras y allí queda.
Las conversaciones quedaron certificadas ante el Notario Público 181, Miguel Soberón Mainero. Junto con otros diálogos, serán usados para interponer una denuncia ante la Procuraduría capitalina por extorsión y amenazas.
“Gazi Nacif tiene 30 años construyendo (…) y es la primera vez que se topa con un problema de éstos así tan abierto”, concluyó Rus.
Finalmente el permiso para instalar las cabinas con internet y las pantallas LED no se otorgó.
Si este tipo de extorsiones ocurren a gran escala, no queremos ni imaginar la de irregularidades que podría haber con negocios y construcciones de menor importancia.
En fin, una rayita más al Tigre.