Se necesitan unas cuantas chelas para comenzar a ver a nuestras amigas muuy guapas y para querer musshoo a nuestros cuates pero a un hombre en Estados Unidos le basta con salir a caminar, ir a misa o una simple comida, para terminar hasta el moco.

Cuando la esposa de Justin McCarthy, se dio cuenta que su esposo constantemente estaba ebrio, decidió llevarlo con una psicóloga, ya que creía que sufría de alcoholismo pero los resultados fueron bastante extraños, era un caso de esos que se ven realmente muy poco: no parecía tener padecimientos.

Para recibir una segunda opinión, Justin fue a un gastroenterólogo, el cual le realizó algunos análisis y dijo que sí tenía una enfermedad. Resultó que el supuesto borracho, tenía un síndrome de embriaguez espontánea. Era algo que realmente no podía controlar pero que sí era por un exceso de levadura en el intestino del hombre de 61 años.

Debido a que su esposa era enfermera, comenzó a realizarle pruebas de alcoholemia. Incluso cuando no tomaba una sola gota de alcohol, su contenido de etanol en la sangre llegaba a los 0.40 (cinco veces el límite legal para conducir en Estados Unidos). Aquí también se nos iba directo al Torito.

Estos síntomas comenzaron en el 2009 y ahora ya con lo estudios y resultados pertinentes, se llegó a la conclusión de que a este hombre lo que lo enfermaba era su estómago, ya que convertía la comida en alcohol, por un crecimiento excesivo de levadura que convierte los carbohidratos que llegan al estómago en etanol.

Así que ya saben, si son de esos que empinan el codo gacho, pueden decir que tienen esta enfermedad, casual.

***Vía International Journal of Clinical Medicine y CNN

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