La amenaza más grande en el mundo de Harry Potter se llama “Voldemort”. En El Señor de los Anillos Frodo tiene que atravesar “Moria” para llegar a “Mordor” y derrotar a Sauron, quien resulta que era el terrateniente de “Morgoth”, el mal encarnado en El Sirmarilion. El mayor enemigo de Sherlock Holmes es James Isaac “Moriarty”. El de el Rey Arturo es “Mordred”. El doctor psicópata de H.G. Wells se llama “Moreau”, y cuando el mismo autor nos lleva al futuro en La máquina del tiempo vemos a los “Morlock”, una raza corrompida. Finalmente, “Morbius” es el nombre del mayor enemigo de Doctor Who, y uno de las más grandes amenazas en el mundo de Spider-Man.
¿Qué pasa con la sílaba “mor”?, ¿por qué tantos malvados de la ficción se asocian a esa sílaba?, ¿cuáles son sus poderes ocultos?
En realidad, todo se debe a la actuación de los “fonotemas”, pequeños sonidos que se relacionan con una idea específica no porque tengan una relación etimológica, sino simplemente por asociación. En español mexicano, por ejemplo, el sonido de la “ch” se suele identificar con cuestiones humorísticas o de carácter popular, como: “Chicoche”, “Chespirito”, “chale”, “chido”, “chavo”, etc.
En el caso de “mor”, su asociación tiene que ver con que todos los villanos citados más arriba provienen de la tradición inglesa. La vieja palabra para asesinato (‘murder’) en inglés antiguo es “morth”; y la palabra ‘oscuridad’ en germánico era “mora”. Adicionalmente, en latín la raíz “mor” estuvo asociada a diversas palabras lúgubres, como “morior” y “moribundium” (que al español pasaron como “muerte” y “moribundo”; y al francés como “mort” y “moribond”). De manera que las tres lenguas que más influyeron al inglés moderno tenían connotaciones malignas para la sílaba “mor”.
Lo cierto es que la cultura suele ser asociativa. Por eso cuando Chespirito hace un uso extensivo de la “ch” en español suena “chistoso”. Lo mismo cuando los autores de lengua inglesa caracterizan al mal con la sílaba “mor”, los lectores de esa cultura (y todos los que estamos influidos por ella) asociaremos inmediatamente el sonido al mal.