En los altos mandos de la FIFA se manejan grandísimas cantidades de dinero, el cual puede causar tentaciones entre los personajes que laboran ahí y para Chuck Blazer esa tentación no fue la excepción.
Tomar prestado dinero -léase robar- debe ser sancionado a como dé lugar, por lo que el exsecretario general de la CONCACAF y ahora miembro de su comité ejecutivo, fue suspendido durante 90 días, después de habérsele acusado de utilizar el dinero de la Confederación para comprarse algunas casitas y uno que otro lujito, todo con un coste de cerca de 21 millones de dólares.
Hans-Joachim Eckert, fue el encargado de dictar sentencia en contra de Blazer, quien durante los casi cien días de inactividad no podrá participar de ninguna manera en eventos o cualquier cosa que tenga que ver con el ámbito futbolístico, tanto nacional como internacional, ya que según quejas de Robert Torres, el exsecretario cayó en varias infracciones al código de ética.
Todo parece apuntar a que este hombre es un dos caras, ya que en 2011 acusó al entonces jefe de la CONCACAF, Jack Warner, de tratar de comprar el voto de dirigentes para que apoyasen la candidatura de este último a la presidencia de la FIFA y ahora sale a la luz toda su porquería.
Al parecer la FIFA y sus confederaciones ya necesitan una limpia, el máximo organismo regulador de futbol a nivel mundial, no puede darse el lujo de permitir estas cosas.
