El pasado jueves 21 de enero, Emma Coronel Aispuro, esposa de Joaquín El Chapo Guzmán, presentó una queja a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) por el trato que discriminatorio que su pareja recibe en el penal del Altiplano, el cual dice “afecta su dignidad humana”.
Pus sí… bueno o malo el Chapo aún es una persona.
Desde su detención el pasado 8 de enero en Los Mochis, Sinaloa, el Chapo fue recluido en el penal de máxima seguridad (bueno, ni tan máxima) del Altiplano, en donde al parecer no le han dado un trato digno. Según han divulgado sus familiares, El Chapo recibe tratos discriminatorios como:
- Es cambiado constantemente de celdas, en las cuales no hay puntos ciegos.
- A diferencia de otros presos es grabado hasta cuando está en el baño.
- Afuera de su celda hay dos guardias y un perro.
- Lo mantiene aislado con respecto a los otros presos.
- No puede salir al patio ni ir al comedor. De hecho, El Chapo está recluido en el Módulo 1 del penal, donde también se encuentran presos como Miguel Ángel Treviño Morales, el Z-40, líder de Los Zetas; o José Jorge Balderas, El JJ, del
Cártel de los Beltrán Leyva, quienes sí tienen permiso de ir al comedor. - No cuenta con los estímulos que se le proporcionan a otros presos.
- Cada hora le pasan lista identificándolo con una cámara que no lo deja dormir
- No cuenta con ropa adecuada para protegerse del frío, de hecho, sus familiares argumentan que estar sometido a bajas temperaturas pone en riesgo su vida.
Todas estas quejas fueron interpuestas por El Chapo en la denuncia que presentó ante la CNDH con el número de folio 5645/2016, misma que fue turnada a la Tercera Visitaduría General, y donde se señala:
“Esto se traduce en un trato desigual frente a los demás internos, discriminatorio y que afecta su dignidad humana por no respetársele los derechos mínimos para personas privadas de su libertad”.
Otra de las quejas es que en las reuniones del Chapo con sus abogados siempre hay por lo menos tres custodios presentes, los cuales escuchan las pláticas que deberían ser confidenciales de acuerdo a los derechos básicos de la función de los defensores, que fueron emitidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Así, lo que El Chapo y sus familiares pedirían es el ser tratados igual que el resto de los presos (pus sí, pero el resto de los presos no se han fugado dos veces de penales de máxima seguridad).
Y de aquí parte una pequeña polémica, pues mientras hay quienes argumentan que El Chapo no tiene vergüenza al exigir un trato digno, otros afirman que sus derechos humanos son irrenunciables y que debería ser tratado al igual que los otros reclusos. En fin, cada quien tendrá su propia opinión en casa.
Como un plus les contamos que lo primero que El Chapo pidió en cuanto ingresó al penal del Altiplano, fue poder ser visitado por Emma Coronel, su actual pareja, ex reina de belleza y madre de dos de sus hijas.
(No pos’ El Chapo sí que se atiende bien).
Sin embargo, cuando Emma Coronel, de 26 años, quiso visitarlo los días 14 y 15 de enero, la entrada le fue negada pues ella no es “la esposa legal”, ya que oficialmente El Chapo aún sigue casado con Alejandrina Salazar, con quien tuvo a sus cuatro primeros hijos.
Lo extraño es que durante su primera estancia en El Altiplano, la Secretaría de Gobernación sí dejaba que Emma Coronel le realizara visitas familiares e íntimas al Chapo. De hecho lo veía religiosamente cada nueve días.
Otra que también tenía carta libre para realizar visitas era Lucero Guadalupe Sánchez López, diputada panista en el Congreso de Sinaloa, quien ahora está sujeta a investigación y que de acuerdo al servicio de inteligencia de la Secretaría de Marina también era pareja sentimental de Guzmán Loera e incluso se habla de que tuvieron un hijo.
¡Ese Chapo es un romántico!