Pues llegó el día del “remojo” del nuevo avión presidencial y, pese a costar 3 mil millones de pesos, para Enrique Peña Nieto subirse a él no es para nada una expresión de lujo… todas esos calificativos son incorrectos. Es más, empezando desde cómo lo conocemos: el avión no es de él, sino del Estado mexicano…
Con vuelo a Sonora, el “José María Morelos y Pavón” hizo gala de sus alcances… y mientras lo hacía, el propio Ejecutivo nacional se encargó de explicar ante los reporteros y uno que otro invitado especial el porqué de su compra. Bueno, básicamente señaló que es para realizar traslados (como cuando se tuvo que traer a los mexicanos que resultaron heridos por un ataque en Egipto), pero también para que los periodistas puedan ir de un lugar a otro… a informar a la sociedad.
Además, EPN remarcó que el avión lo utiliza el gobierno para cumplir sus tareas y con la representación oficial que tiene tanto en el interior del país, como durante giras internacionales. Es un instrumento de trabajo, no es propiedad del titular del poder Ejecutivo… y podrá ser utilizado por cuatro mandatarios más.
Claro, también tuvo que tocar el tema relativo al elevado precio de la nueva nave. Para empezar, comentó que la bronca no fue suya, ya que en el 2011 (cuando él ni era presidente… pero muchos ya cantaban victoria) fue que la Fuerza Aérea pidió al Congreso sacar la cartera, como parte de la renovación de la flotilla. Aunque se contaba con buena nave para trasladar al presidente, para los especialistas ya era obsoleta, costosa y representaba riesgos para quien la utilizara…
Y claro que no hacía referencia a él y a todos los funcionarios de alto nivel que se treparán a la nave… sino a los 10 niños que fueron los invitados especiales al remojo del avión, como premio por ser de los alumnos de primarias y secundarias con mejor aprovechamiento académico.
Presumiendo el nuevo avión, EPN admitió que básicamente tiene la misma configuración que su predecesor, el Presidente Juárez, sólo que éste es más amplio, más moderno y más seguro”… eso sí:
No es un palacete, no es lujoso y no hay albercas
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En fin, ya lo utilizó… y si venderlo nuevo iba a “representar pérdidas”, ni cómo regresarlo ahora.