Kevin Weir: Historia, Arte y Terror.
Tal vez algún día, el Gif entre a las Historias del Arte como un recurso visual cuya forma nos recuerda lo efímero del tiempo, el eterno retorno y la perpetuidad del ser, mientras que su contenido tiene las mismas posibilidades discursivas que cualquier otro video aunque se ve obligado a reducir y por lo tanto ser más contundente, a la hora de comunicar… eso, aunque más bien es una forma muy cagada de hacer memes.
Pero si jugáramos con la primer definición y pensáramos que los creadores de Gifs ya pueden entrar al Parnaso, uno de sus mejores exponentes, sin duda sería Kevin Weir.
Sería bueno, al final de este post preguntarnos, ¿es Kevin Weir un verdadero artista? Mientras, pongamos en duda algunos conceptos.
Weir se dedica a hacer gifs (¿ahora con minúscula?), los hace cuando alguien cumple años, los hace por diversión para alimentar sus sitio web, etc. Es decir, hace gifs por la misma razón por la que todos los hacemos, sin embargo, los suyos tienen una especial condición, me temo que proponen más de lo que pensamos que un gif puede proponer.
Las creaciones (¿ahora son creaciones?) de Weir generalmente toman una foto en blanco y negro, de principios de siglo muchas de ellas y les otorga movimiento. Nada nuevo hasta aquí. El asunto es que el gif resultante impacta el relato mismo de la imagen. Una mujer se transforma una y otra vez frente a nuestros ojos en una figura macabra. Un soldado mira a la nada mientras su otro idéntico aparece de entre la pólvora para llevarse lo que imaginamos que es su alma.
Las obras (¿ahora son obras?) de Weir pertenecen (si hubiera que catalogarlas) al género fantástico, las fotos antes estáticas se convierten en escenas en donde lo cotidiano se rompe y lo otro, lo inexplicable y su poder se apersonan, modificando la escena, y ofreciendo una nueva lectura a las imágenes del pasado.
La muerte, los monstruos, las distopías y el mal son los temas que Weir hace deambular por las fotos, creando Gifs (ahora sí con mayúsculas) cuyos protagonistas son, casi siempre, figuras relevantes de la Historia.
Tenemos fotos icónicas de las guerras, generales, activistas, comandantes, mariscales, en fin, la gente que decidió el destino de muchos.
Si consideramos que las fotografías son documentos que ayudan a construir el discurso histórico entonces podemos estar seguros de que lo que hace este artista (¿ya le llamamos artista?) es ficcionalizar este documento histórico.
¿Por qué no podríamos aplicar las mismas preguntas que aplicamos a la novela histórica o a la biografía a este tipo de creaciones?
Los Gifs de Weir se encargan de producir obras intermediales, es decir, utilizan diversos formatos para producir un nuevo discurso (tal vez de ahí que su blog se llame Flux Machine).
La ficción y la Historia tiene una fructífera relación, a través del arte hemos intentado asimilar los hechos que moldearon a la sociedad tal y como la conocemos y esto desde luego se aplica al género fantástico, están por ejemplo todas las distopías creadas por maestros como Orwell, Bradbury y Dick. Entonces el discurso histórico es impactado por la ficción (o utilizado como uno de sus recursos) creando un nuevo relato acerca de un suceso o un personaje.
De Philip K. Dick hay un ejemplo muy hermoso, su novela The Man in the High Castle, cuenta la historia de un mundo en donde lo nazis ganaron la guerra. Algunos de los personajes leen una novela acerca de qué hubiera pasado si los nazis perdieran la guerra. Un ejercicio increíble y muy lúcido. A este tipo de novela, el de la Historia alternativa, se le llama Ucronía.
Estas son las creaciones de Weir.
Primero tenemos a Hindenburg, él era el presidente de la República de Weimar, la Alemania anterior al dominio Nazi. El mariscal Hindenburg fue el que nombró Canciller a Hitler, lo que permitió al partido Nazi consolidarse. Después del incendio del Parlamento Alemán, Hitler convenció al presidente (de forma muy coercitiva) de que firmara un decreto que suspendía las garantías individuales, dando al partido Nazi libertad de acción.
Finalmente, un Hindenburg cansado, aislado (y dicen algunos que con inicios de demencia), firmó una ley que concentraba todos los poderes del estado en el Führer, dando paso a lo que se conoce como la Alemania Nazi.
Él es Gustav Krupp von Bohlen und Halbach, un industrial alemán que, aunque intentó advertirle a Hindenburg del error de nombrar a Hitler Canciller, se volvió parte importante del régimen Nazi.
Ella es Mother Jones, una activista irlandesa responsable de algunas de las más importantes huelgas de finales del siglo XIX.
Ella es la princesa Juliana de los países Bajos.
Aquí la famosa foto de los soldados desinfectado ropa en uno de los campos para prisioneros de la primera guerra mundial en Döberitz, Alemania.
Esta pintura se llama “Capua” y fue pintada por Antonio Marinoni en el siglo XVI.
Él es uno de los príncipes de Solms-Baruth.
Foto de las prácticas de la “National Guard” en Peekskill.
Esta es una foto del gran incendio de Bangor, Maine, en 1911.
Soldado de la primera guerra mundial.
Mary IV, Condesa de Minto, fue esposa de uno de los virreyes de la India, fue famosa por ser muy protectora con su familia y una figura pública muy importante.
Al final, si Weir nos ofrece creaciones fantásticas que nos hacen repensar el pasado y sus figuras, ¿importa realmente que le llamemos artista?
El artista del día: arte para ver antes de que se acabe.
Recuerden que siempre pueden proponer nuevos artistas.
No olviden visitar la página de Weir para ver sus proyectos.
Por Luis Miguel Albarrán @Perturbator
