Este viernes 15 de febrero, Michel Temer, el presidente de Brasil, firmó un decreto estableciendo que las Fuerzas Armadas tomarán el control de la seguridad en Río de Janeiro. Esta es una medida histórica que jamás se había tomado en el país sudamericano, al menos, desde que establecieron su Constitución en 1988.
El Gobierno de Brasil enviará a las Fuerzas Armadas a tomar el control policial de Río de Janeiro https://t.co/RYkBMUQxnU pic.twitter.com/wrKm4dfZjN
— CNN en Español (@CNNEE) 16 de febrero de 2018
Esta decisión, se toma en medio de una crisis de seguridad en la ciudad Carioca. De acuerdo a El País, hubo casi 6 mil tiroteos y más de 700 fallecidos en 2017, que equivalen a dos muertos diarios y 16 balaceras al día.
En una declaración, el presidente Temer explicó la decisión: “El crimen organizado casi se ha hecho con el control de Río de Janeiro. Es una metástasis que se esparce por el país y amenaza la tranquilidad de nuestro pueblo”, dijo. También, agregó que: “Nuestros presidios no serán más oficinas de bandidos, ni nuestras plazas serán salón de fiesta para el crimen organizado”.
Acabei de decretar intervenção federal na área da segurança pública do Estado do #RiodeJaneiro. O crime organizado não pode continuar e nem pode se transformar em uma ameaça a todo o País. Temos que garantir a tranquilidade do nosso povo. E vamos fazer isso. pic.twitter.com/hIi2FolOn8
— Michel Temer (@MichelTemer) 16 de febrero de 2018
“Acabo de decretar intervención federal en el área de la seguridad pública en el Estado de Río de Janeiro. El crimen organizado no puede continuar y no puede convertirse en una amenaza a todo el país. Tenemos que garantizar la tranquilidad de nuestro pueblo. Y vamos a hacerlo.”
La entrada del Ejército a Río, entrará en vigor inmediatamente, aunque la Cámara de Diputados tendrá que aprobar la medida. Sin embargo, de acuerdo a El Mundo, las cámaras sí apoyan la medida.
Esta medida, puede ser un parteaguas en la seguridad pública mundial: además de la admisión brasileña de que sus fuerzas policiales “no pudieron” con el crimen organizado, la decisión se une a una creciente tendencia de militarización en el mundo.