Al parecer hay de asuntos de seguridad nacional a asuntos de… ¿limpieza de hogar? De acuerdo con una nueva investigación periodística, el Ejército mexicano le limpió la casa a José Ramón López Beltrán, hijo de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), durante la pandemia de COVID-19.
Ejército limpió la casa del hijo de AMLO
De acuerdo con una investigación de Latinus, el Ejército mexicano limpió la casa de José Ramón López Beltrán, hijo de AMLO, durante la pandemia de COVID-19… ¿Pooor?
Según este medio de comunicación, miembros de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) realizaron servicios de limpieza en la casa de López Beltrán y de su esposa Carolyn Adams, cuando ambos estaban enfermos por coronavirus.
Sí, justo cuando el hijo mayor del presidente estaba internado en el Hospital Central Militar, luego de dar positivo a COVID-19, por ahí de febrero de 2021, soldados llegaron a su casa para barrer, trapera, sacudir muebles y más labores de limpieza.
¿Cómo supieron esto?
Primero, según un informe de la SEDENA, José Ramón y Carolyn tuvieron consultas permanentes en su casa, además de servicios de enfermería. Además, de acuerdo con un correo electrónico hackeado al Ejército mexicano, por parte del grupo Guacamaya, este trato fue en una casa privada ubicada en la CDMX.
Y de acuerdo con Latinus, por medio de una tarjeta informativa enviada al secretario particular de Luis Cresencio Sandoval, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, y firmada por el teniente coronel Marco Antonio Palomares Sánchez, la petición con la que militares limpiaron la casa del hijo de AMLO, fue de nada más ni nada menos que de Beatriz Gutiérrez Müller.
De hecho, el medio afirma que también los soldados se encargaron de conseguir los medicamentos para tratar a José Ramón; recoger el Remdesivir y Baricitinib al almacén central de la Secretaría de Salud de la CDMX y de la Aduana del AICM para llevarlos al Hospital Central Militar, donde estaba el mayor de los hijos del tabasqueño.
Aaaunque, Latinus asegura que se trataba de medicinas aún no aprobadas por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) y que, por esta razón, no estaban disponibles para los mexicanos internados con diagnósticos graves… ¡Baia, baia!