La primera imagen que nos viene a la cabeza cuando pensamos en la Antártida es un inmenso bloque de hielo. Un continente blanco y gélido que parece inhabitable. El concepto que tenemos sobre este territorio estaría por cambiar. De acuerdo con un equipo de investigadores de la Universidad de Exeter, el continente blanquecino se está convirtiendo —a raudales— en una superficie verde. Durante los últimos 50 años, afirman los especialistas, la tasa de crecimiento de plantas y la cantidad de musgo ha crecido exponencialmente en la Antártida. “Los aumentos de temperatura durante aproximadamente el último medio siglo en la Península Antártica han tenido un efecto dramático (…) si esto continúa, y con cantidades crecientes de tierra libre de hilo por el retiro continuo de los glaciares, será un lugar mucho más verde en el futuro”, indicó Matt Amesbury, uno de los coautores del estudio.

El estudio reveló que los cambios de temperatura en la Antártida, durante los últimos 50 años, han estimulado la actividad biológica del continente: su tasa de crecimiento de musgo es de cuatro a cinco veces mayor que antes de 1950. De los 14 millones de kilómetros cuadrados que tiene el continente, sólo 0.3% de su superficie está cubierta de vegetación. El fenómeno, afirman los expertos, se seguirá extendiendo en la península antártica, aunque no parece probable que el reverdecer se extienda a la parte oriental del continente. Los resultados del estudio sugieren que, incluso, un cambio modesto de temperatura podría conducir a cambios más rápido en los ecosistemas de la Antártida. Los científicos advierten que el reverdecer del continente podría traer consigo un aumento en el número de visitantes a la Antártida y también podría hacer más fácil para las especies invasoras colonizarlo.

Antártida
Foto: Mario Tama/Getty Images

Y a todo esto, ¿qué es el cambio climático?

El cambio climático o calentamiento global es un término utilizado para referirse al aumento de temperatura en la Tierra desde el Siglo XIX. Con la creación de fábricas y la masificación de los procesos de producción que trajo consigo la Revolución Industrial, el consumo de carbón como fuente de energía se disparó. Para que las fabricas pudieran funcionar y producir, se utilizaba la energía proveniente de la quema de combustibles fósiles. Cuando el carbón se quema, produce dióxido de carbono y otros gases derivados de procesos industriales, mismos que crean el efecto invernadero: estos gases hacen que parte de la radiación natural que intercambian el Sol y la Tierra se quede atrapada en la atmósfera; lo que a su vez genera un aumento de temperatura en el planeta, ya que el calor no puede escapar.

El calentamiento global es el peligro más grande a mediano y largo plazo para nuestro planeta, y ocurre de manera más rápida de lo que calculaban los expertos. La temperatura mundial está aumentando a pasos impensados; al grado de que la Organización Meteorológica Mundial reportó que 2015 fue el año más caluroso desde que se mide la temperatura terrestre, es decir, desde 1880. ¿Cuáles son las consecuencias del cambio climático? Un aumento incluso menor a un grado de temperatura puede causar consecuencias catastróficas. Mientras más alta sea la temperatura, más hielo se derrite. Entre más hielo se derrita, más agua habrá en el mar. Si hay más agua en el mar, sus niveles subirán a tal punto que varios países y ciudades terminarán sumergidos. Al paso que vamos, se prevé que en los próximos 50 años desaparezcan las Islas Marshall, Fiji, Vanuatu y las Maldivas.

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