En las últimas semanas fuimos testigos de cómo Estados Unidos exigió a Siria entregar sus armas químicas bajo amenaza de invasión. La intervención diplomática de Rusia en el conflicto entorpeció los planes estadounidenses y la rendición de cuentas por parte de las autoridades sirias está en proceso.
Sin embargo, es necesario señalar que en términos de armas químicas, Estados Unidos no puede considerarse a sí mismo un ejemplo a seguir. Existen peligrosos basureros en Panamá con toneladas de armas químicas estadounidenses abandonadas. Fueron puestas ahí de tal forma que la embarcación para su uso durante la Segunda Guerra Mundial y la guerra de Vietnam fuese pronta y sencilla.
Estos peligrosos deshuesaderos se encuentran en la isla de San José, que durante la ocupación estadounidense en Panamá (1903-1999) fungió como plataforma de experimentos armamentísticos, con el apoyo de Reino Unido y Canadá. Hace más de 66 años comenzó a discutirse el método de limpieza necesario para limpiar la isla de estos desechos, pero la discusión se abandonó en 1999 tras la salida del país norteño.
En Panamá fueron abandonadas 105.000 municiones, que van desde bombas de 500 libras a granadas extremadamente sensibles de 40 milímetros. Entre ellas se encuentran tres toneladas de minas del agente VX, considerada arma de destrucción masiva, capaz de matar a un hombre con tan sólo 5 miligramos en la piel; así como bombas intactas y expuestas del mortal gas mostaza.
Gracias a presiones del gobierno panameño, se logró un acuerdo con Washington para iniciar la esperada limpieza en el último trienio de 2013. Sin embargo, la crisis presupuestaria estadounidense, sumada al cese en las labores administrativas de los legisladores ha llevado a volver a retrasar el proyecto. Con suerte, ocurrirá en algún momento de 2014.
Vía: El País